Después de vivir 16 años en Long Beach, Teresa empacó sus pertenencias y regresó el fin de semana pasado a México con sus dos hijas menores.
Se fue para no volver.
“Estoy triste porque el sueño americano se derrumbó. Siempre mantuve la esperanza de quedarnos. No lo pudimos lograr. Pero también estoy contenta porque por fin la familia va a estar junta de nuevo”, decía Teresa, quien prefirió que se revele su apellido.
Muchos de los mexicanos que han regresado voluntariamente a México desde que Donald Trump se convirtió en presidente de Estados Unidos, lo han hecho como Teresa para mantener a la familia unida.
El regreso de esta inmigrante se dio a causa de que su esposo fue deportado a México el 28 de febrero.
“Él había estado preso en varias cárceles federales por tres años. Cuando terminó su condena lo deportaron”, dice Teresa.
Y añade que hubieran podido pelear la deportación, pero no lo hicieron porque estaban cansados de estar separados y verse una vez al año tras las rejas.
Su esposo fue acusado de transportar drogas en un vehículo de carga. Teresa niega que él haya tenido responsabilidad alguna. “Él no sabía. Era acompañante del chofer del camión”, explica.
Teresa y su marido vinieron de Jalisco, México a Estados Unidos con una hija, ahora de 20 años. “Ella ya está casada y protegida con la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA)”, dijo.
En territorio estadounidense tuvieron dos hijas más. Tienen 10 y siete años. Teresa regresó a México con las hijas menores y la mayor se quedó aquí en Los Ángeles.
“Vamos a vivir en Guadalajara. Allá vive mi mamá y mi hermana”, precisa.
Ayuda en el consulado
En el proceso para regresar a México, Teresa logró el apoyo de la estrategia Somos Mexicanos del programa Paisano del Instituto Nacional de Migración.
“Llevo costales de ropa y herramientas de trabajo de mi esposo. Nos ayudaron para no pagar impuestos en México al cruzar la frontera”, contó.
También nacionalizó como mexicanas a sus dos hijas menores que nacieron en Estados Unidos, sacó sus actas de nacimiento mexicanas y las apostilló. Está lista para inscribirlas en la escuela primaria en México. “Mis hijas están contentas de irse a México para ver a su papá. Ya no quieren estar separadas de él”, comentó Teresa.
Regreso voluntario
Desde enero, 95 personas han llegado a expresar su interés en volver a México, dice Alejandra Cano, representante del Instituto Nacional de Migración (INM) a cargo del programa Paisano y la estrategia Somos Mexicanos con sede en Los Ángeles.
“De esa cantidad, seis decidieron que siempre no regresaban y que esperarían a ver si hay una solución migratoria para ellos. Otros 26 ya no contestan los teléfonos ni responden a las llamadas mientras que 39 están en proceso de regresar a México o esperando fecha de salida”, precisa Cano.
En total, 24 personas han regresado de manera voluntaria a México desde Los Ángeles con el apoyo de la estrategia Somos Mexicanos. De esos, ocho han recibido beneficios del nuevo programa de Aduanas que comenzó 2 de marzo.
“Pueden llevarse sus herramientas de trabajo hasta por 5,000 dólares sin pagar impuestos, omitiendo los servicios de un agente aduanal. Más la franquicia fiscal de 1,000 dólares por persona acumulable a cada miembro de la familia, así como el ingreso de artículos usados libres de impuestos que conformen sus electrodomésticos”, puntualiza Cano.
La representante del INM hizo un llamado a los mexicanos que planeen retornar a México de manera voluntaria para que se acerquen e informen y programen su regreso. “Somos Mexicanos cuenta con diversos beneficios tales como el acercamiento a una bolsa de trabajo cuando regresan a sus estados”, explica.
Y comenta que la mayor parte de quienes se van y se acercan a ellos en busca de conocer los apoyos, lo hacen porque algún miembro de la familia ya fue deportado o tienen temor de que su familia sea separada con una posible deportación.
“Muchos han desistido cuando se dan cuenta que no tienen antecedentes criminales y que los riesgos de una deportación son menores”, expone.
Analiza el regreso
Ramón Burgos acudió a la ventanilla de Somos Mexicanos en el consulado de México en Los Ángeles ayer para ver qué tipo de ayuda le puede dar para regresar a México.
“Estaba esperanzado en una reforma migratoria pero la verdad ya estoy un poco cansado. Trump fue la gota que derramó el vaso. Las puertas cada día se cierran para quienes no tenemos papeles para trabajar”, dice Burgos de 49 años de edad y casado, pero sin hijos.
Burgos llegó en 1981 a Los Ángeles. Estudió carreras técnicas en diseño gráfico, computación y programación.
“Tengo que trabajar en la limpieza, pintura y en empleos por debajo del agua. No es que sea malo pero cuando estudiaste, quieres hacer otra cosa. Mi sueño era trabajar en publicidad en Telemundo o Univision pero sin un permiso de trabajo es imposible”, considera.
Este inmigrante cuenta que ya había conseguido un empleo en diseño de videos pero lo despidieron cuando se dieron cuenta de su estatus migratorio.
“Cada vez es más difícil que te puedan contratar en una empresa cuando eres indocumentado”, dice.
Así que al platicar con amigos le dijeron que con sus conocimientos y preparación puede conseguir un buen empleo en México. “Quiero empezarme a preparar para regresar. No es que vaya mañana, pero quiero alistarme y ver cómo te ayuda el gobierno de México a través del consulado”.
Información
Para información sobre qué apoyos te pueden dar para regresar a México a través del programa Somos Mexicanos, llama al teléfono 213-487-8320.
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Fuente:La opinion