WASHINGTON.- El presidente Donald Trump despidió “de inmediato” este martes al director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, por su mal manejo de la investigación en torno a los correos electrónicos de la excandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, en unos momentos clave para la investigación de la injerencia de Rusia en las elecciones.
En los pasillos del Congreso, sin embargo, el abrupto anuncio causó sorpresa y levantó sospechas de la oposición, y algunos, como los senadores Patrick Leahy y Bernie Sanders, ambos de Vermont, incluso renovaron su llamado para que un fiscal independiente asuma la investigación sobre los nexos rusos.
En una carta enviada hoy a Comey, Trump dijo que coincidía con la recomendación del Departamento de Justicia de que éste “no es capaz de liderar con eficacia” al FBI, y que es “esencial encontrar un nuevo liderazgo en el FBI, que restablezca la confianza pública y la confianza en su vital misión policial”.
Trump agradeció el que Comey le haya informado “en tres ocasiones” que él no es blanco de una investigación por parte del FBI.
Poco antes, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo a los periodistas que Trump despidió “de inmediato” a Comey por recomendación del fiscal general, Jeff Sessions, y del subfiscal, Rod Rosenstein, y más adelante dijo en un comunicado que la búsqueda de su reemplazo “comenzará de inmediato”.
“El FBI es una de las instituciones más preciadas y respetadas de nuestra nación, y hoy marca un nuevo comienzo para la joya de la corona” de las agencias policiales, dijo Trump en el mismo comunicado.
Horas antes, el FBI envió una carta al Senado explicando que Comey dio falsas declaraciones sobre la investigación que realizó la agencia por los correos electrónicos de Clinton.
En la misiva, enviada al Comité Judicial del Senado, el director adjunto del FBI, Gregory Brower, precisó que sólo una “pequeña cantidad” de correos electrónicos fue reenviada al excongresista Anthony Weiner, y no “los centenares de miles” que Comey mencionó en su testimonio de la semana pasada.
Los correos electrónicos descubiertos en la computadora de Weiner provenían de su entonces esposa y exasesora de Clinton, Huma Abedin.
La semana pasada, Comey especuló ante el Comité que, al parecer, Abedin tenía “costumbre” de reenviar a su esposo correos electrónicos -algunos con información secreta- con la intención de imprimirlos y después “entregárselos a la secretaria de Estado”.
Despido levanta sospechas
El abrupto anuncio sobre el despido ha suscitado sospechas en las redes sociales sobre las verdaderas motivaciones, especialmente cuando el FBI investiga la injerencia de Rusia a favor de Trump en la contienda electoral.
El director ejecutivo de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), Anthony D. Romero, dijo en un comunicado que el director del FBI cuenta con independencia precisamente “para asegurar que el presidente no opere por encima de la ley”.
“Que el presidente Trump haya despedido al hombre responsable de investigar los vínculos de su propia campaña con los rusos pone en peligro ese principio fundamental. Sin importar cómo se juzgue la gestión de James Comey en las investigaciones de Hillary Clinton o de Rusia, el despido del presidente Trump de un director del FBI en funciones hace sonar serias alarmas para nuestro sistema de controles y equilibrios”, explicó Romero.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, recibió la noticia personalmente de Trump pero consideró que el despido es un “error” y que ahora corresponde asignar a un fiscal independiente para que haga una investigación “seria e imparcial”.
Leahy señaló que es difícil creer que ahora a Trump le preocupe el trato injusto hacia Clinton cuando él mismo celebró durante la contienda los “atroces errores” de Comey en esa investigación.
Según Leahy, no se puede tapar, “al estilo de Nixon”, una “verdad innegable”: Trump despidió a Comey en medio de una de las investigaciones de seguridad nacional más críticas en la historia de EEUU, que implica a funcionarios de alto rango de la campaña de Trump y de su Administración.
La evolución de los hechos, incluyendo la implicación de Sessions en el despido de Comey, exige que un fiscal independiente asuma estas investigaciones en curso, enfatizó Leahy.
A Sanders no le cabe duda de que la Administración Trump oculta algo y que solo un fiscal independiente podría llegar al fondo de la verdad sobre los posibles nexos de su campaña con Rusia.
El senador demócrata de Nuevo México, Martin Heinrich, recordó la llamada “Masacre de Sábado por la Noche” del entonces presidente Richard Nixon, quien tras el escándalo de “Watergate” de 1972, despidió el sábado 20 de octubre de 1973 al entonces fiscal independiente de esa investigación, Archibald Cox. El despido de Cox provocó la renuncia de otros funcionarios de alto rango del Departamento de Justicia.
“Si se trata de un esfuerzo por frenar las investigaciones sobre la colusión de Rusia con la campaña de Trump, no tendrá éxito”, advirtió Heinrich, miembro del Comité de Inteligencia del Senado.
Comey, nombrado al cargo en 2013 bajo la presidencia de Barack Obama para un período de diez años, rindió testimonio ante el Senado sobre la investigación en torno al servidor personal que utilizó Clinton como secretaria de Estado, pero también ha sido criticado por conservadores por su manejo de la injerencia de Rusia en los comicios de 2016.
Clinton ha culpado en parte a la investigación del FBI, reabierta en las postrimerías de la contienda electoral, por su derrota en las urnas frente a Trump.
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Fuente:La Opinion