FIFA ha recibido críticas por la elección de Rusia y el apoyo incondicional que el líder ruso, Vladímir Putin, dio en todo momento al defenestrado Joseph Blatter.
Rusia inició este miércoles la cuenta atrás para la Copa Confederaciones, torneo que arrancará dentro de un mes en San Petersburgo con Alemania, Portugal y Chile como principales atractivos.
La FIFA cerró en la antigua capital zarista la gira de la prensa internacional por las cuatro ciudades que acogerán partidos de un torneo que celebrará su décima edición del 17 de junio al 2 de julio en San Petersburgo, Kazán, Sochi y Moscú.
El Kremlin se ha tomado muy en serio la organización de este torneo, considerado la puesta de largo del país con vistas a la Copa Mundial de 2018, aunque los Juegos de Invierno de Sochi en 2014 o los Mundiales de Atletismo en 2013 ya fueron un gran éxito organizativo.
Pese a las presiones políticas, Rusia ha logrado ahuyentar el fantasma del boicot y espera que, como ocurrió en Sochi, cuando comience a rodar el balón la atención se centre exclusivamente en el terreno de juego.
Para ello, tanto la FIFA como los organizadores confían en que los equipos participantes, especialmente alemanes, portugueses, chilenos y también mexicanos, convoquen a todas sus estrellas, algo que aún está en el aire.
Sin lugar a dudas, el principal reclamo del torneo sería la presencia de Cristiano Ronaldo, quien terminará la temporada más tarde que nunca, el 3 de junio, cuando el Real Madrid disputará la final de la Champions League.
La buena noticia es que Cristiano ha llegado a mayo menos castigado que nunca, ha sido reservado en varios partidos de liga y, lo que es mejor, no ha sufrido lesiones musculares como otros años y es conocida su lealtad al equipo nacional.
También se espera que Chile lleve a sus principales estrellas -Alexis Sánchez y Arturo Vidal-, al igual que México, pero hay dudas con Alemania, que podría optar por un equipo B sin puntales como Neuer, Hummels, Ozil o Kross.
El único pero es el estado del terreno de juego del estadio de San Petersburgo, que ya estaba en el ojo del huracán por sus interminables obras, que se prolongaron por espacio de diez años, por sus numerosos escándalos y por su alto coste.
El estadio se estrenó hace solo unas semanas al acoger los últimos partidos de liga del Zenit, pero ante el mal estado del césped el comité organizador ha decidido cancelar el encuentro que hoy debían disputar el equipo local y el Krasnodar.
El comité explicó que el motivo era tanto evitar que el césped sufriera un mayor deterioro como dar los últimos retoques a las instalaciones y a los servicios según los estándares exigidos por la FIFA.
El prestigio de Rusia está en juego, ya que el estadio de San Petersburgo también será escenario de varios partidos mundialistas en 2018, incluida una de las semifinales, y partidos de la Eurocopa 2020.
En lo que se refiere a las otras tres sedes, se trata de tres estadios de nueva construcción con más de 40.000 asientos que han sido elogiados tanto por los especialistas como por la prensa.
Los del Spartak Moscú y Rubín Kazán ya han demostrado durante los últimos meses su fiabilidad en partidos de liga de ambos clubes, mientras el Fisht de Sochi, antiguo estadio olímpico, acogió recientemente la final de Copa y un amistoso entre Rusia y Bélgica.
Según informaron a Efe fuentes del Gobierno, los aficionados chilenos figuran entre los más activos a la hora de solicitar dicho carné, cuyo objetivo es garantizar la seguridad durante el torneo y evitar los incidentes violentos de la última Eurocopa de Francia
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Fuente:EFE