En 2028, el nuevo estadio que se construye para los Rams y los Chargers habrá albergado partidos de fútbol americano durante casi una década. Está por verse si, para entonces, mejoran o empeoran los problemas aparentemente irresolubles del sur de California, incluido el tránsito y la gran cantidad de personas sin techo.
Hay muchas cosas que pueden cambiar en 11 años.
La decisión de Los Ángeles, de aceptar la sede de los Juegos Olímpicos de 2028 fue elogiada el lunes por parte de líderes de la ciudad, quienes consideraron que el acuerdo aportará cientos de millones de dólares en una serie de beneficios a futuro.
Pero la espera más larga que haya tenido que soportar una ciudad estadounidense para organizar la fiesta olímpica conlleva también los riesgos de lo desconocido.
“Es mucho tiempo”, destacó Jules Boykoff, profesor de la Universidad Pacific, quien ha escrito muchos textos sobre los Juegos Olímpicos. “Uno simplemente no sabe qué ocurrirá. El mundo depara sorpresas”.
La historia muestra que la economía está en constantes vaivenes, algunos con resultados desastrosos. Los politólogos prevén una era de turbulencia continua. Los geólogos advierten que en algún momento ocurrirá un terremoto en el sur de California, una zona de alta actividad sísmica, con el riesgo de que queden dañadas sedes que se vislumbran ahora como parte clave de los Juegos.
Sin embargo, el alcalde Eric Garcetti desestimó una pregunta de la prensa sobre toda esa incertidumbre.
“Los Ángeles es una ciudad resistente”, dijo el alcalde, de apariencia joven, quien estará llegando a los 60 años para el momento en que se realicen los Juegos. “Si toda la Tierra se deshace, probablemente los Juegos Olímpicos no se llevarán a cabo en Los Ángeles. Pero salvo por esa posibilidad, vamos a tener unos maravillosos Juegos aquí en Los Ángeles”.
Al aceptar una sede que se oficializaría este año durante la asamblea del Comité Olímpico Internacional en Lima, los impulsores de la candidatura angelina cedieron los Juegos de 2024 a París. Originalmente, ambas ciudades pujaban por esos Juegos.
No obstante, Garcetti y otros defensores de la candidatura argumentaron que postergar cuatro años la espera tenía varias ventajas. Por ejemplo, ello permitiría que la ciudad, con tráfico caótico, contara con más tiempo para construir vías férreas. Además, el retraso será compensado con incentivos financieros que, por ejemplo, apoyarán con millones de dólares una serie de programas deportivos para los jóvenes.
El tiempo vuela, y hay grandes cambios que deben ocurrir.
En el condado de Los Ángeles residen 10 millones de personas, y esa población podría aumentar en más de 500.000 para 2028, según cálculos demográficos. La tecnología de punta en el estadio de la NFL que se inaugurará en 2020 probablemente parecerá tan obsoleta dentro de 11 años como un Blackberry arrumbado hoy dentro de un cajón.
Muchos atletas que están hoy en su mejor momento se encontrarán en el graderío dentro de una década. Y, ¿cómo pueden los organizadores estimar con precisión los precios de los boletos y los ingresos que generarán los Juegos?
El Memorial Coliseum, estadio emblemático que se construyó hace casi un siglo, se usaría por tercera vez para unos Juegos Olímpicos, tras albergarlos en 1932 y 1984. Cuando se edificó, no estaban vigentes los reglamentos modernos de construcción, y el inmueble resultó dañado en 1994, por un movimiento telúrico.
Actualmente, el estadio es sometido a un remozamiento ambicioso, pero los expertos advierten que podría seguir siendo vulnerable a un sismo de gran intensidad.
Varían los cálculos sobre cuánto deberá erogar el gobierno en materia de seguridad para el suceso de dos semanas. Algunos consideran que la cifra rebasará los 1.000 millones de dólares.
Lo demás es sólo una adivinanza. Nadie sabe siquiera cuál será el nivel de amenaza que enfrentará el país en 2028.
Es también probable que se eleven significativamente los costos de construcción. El Coliseum, que es ahora un estadio de fútbol americano, deberá incorporar una pista de atletismo, que será retirada después.
Durante años, los Juegos Olímpicos han rebasado los presupuestos originales. Distintos estudios han cuestionado si las ciudades se benefician económicamente por ser sedes olímpicas.
Rusia ha tenido problemas con los costos de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi, considerados los más caros de la historia.
Pero Andrew Zimbalist, economista del Smith College en Massachusetts, dijo que Los Ángeles puede soportar mejor una espera larga en comparación con otras ciudades, dado que su proyecto no contempla la edificación de grandes estructuras.
“Serán capaces de lograr un superávit operativo”, predijo.
En el corto plazo, el comité privado que respalda la candidatura deberá reformular sus planes originales de 2024. Tendrá que renegociar contratos para la villa olímpica y las sedes temporales.
Marc Ganis, consultor de finanzas deportivas con sede en Chicago, opinó que el resultado general fue favorable para Los Ángeles, dado que París era favorita para los Juegos de 2024. Además, los incentivos ayudarán a cubrir los costos que genere la espera.
Sin embargo, las instalaciones envejecen, la tecnología avanza y los costos se elevan.
“Siempre habrá un riesgo financiero cuando apuntas a algo que se realizará en 11 años”, dijo Ganis.
*
Fuente:AP