WASHINGTON.- En medio de tensas negociaciones migratorias, la Casa Blanca aseguró este jueves que el presidente Donald Trump apoya una legislación que proteja a los “Dreamers” e incremente la vigilancia fronteriza, pero insistió en que no se trata de una “amnistía”, mientras los demócratas y activistas pro-inmigrantes exigieron la aprobación del “Dream Act” para los jóvenes indocumentados.
El vaivén de declaraciones entre Trump y los demócratas sólo aumenta la ansiedad y la incertidumbre sobre si, después de tantos años de pugnas partidistas, el Congreso verdaderamente logrará un acuerdo que los proteja dentro del plazo de 6 meses marcado por el mandatario.
En busca de terreno común, Trump se reunió la pasada con líderes republicanos del Congreso para discutir sus prioridades legislativas, y anoche lo hizo con los demócratas. Tras una serie de confusas y contradictorias declaraciones sobre las negociaciones entre bambalinas, Trump y los demócratas aclararon hoy que las discusiones siguen en marcha con la meta de alcanzar un acuerdo consensuado.
Antes y después de llegar a Florida, donde inspeccionó los daños del huracán Irma, Trump dijo a los periodistas que su Administración está “negociando un plan” sobre el futuro del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, que él comenzará a eliminar de forma escalonada el próximo año.
Anoche, los principales líderes de la minoría demócrata, Nancy Pelosi en la Cámara de Representantes, y Chuck Schumer, en el Senado, dijeron que ya había un acuerdo sobre una legislación que proteja a los “Dreamers” sin que incluya el muro fronterizo.
Pelosi luego explicó hoy que el plan tendría también componentes para la seguridad fronteriza pero sin el muro, mientras que Trump dijo en Twitter que apoya a los Dreamers y que “el muro vendrá después”.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, dejó en claro en rueda de prensa hoy que Trump tendrá que negociar un acuerdo con el Partido Republicano, y que el encuentro en la Casa Blanca con los demócratas “fue una discusión, no un acuerdo”.
Aclarando confusiones
Consciente de la confusión y las críticas desatadas tras ese encuentro, una portavoz de la Casa Blanca, Helen Aguirre Ferré, afirmó a este diario que Trump considera que la solución a DACA tiene que venir del Congreso y ser “bipartidista”, a pesar de que la inmigración siempre ha sido un tema “complejo” y “divisorio”.
Trump “no le tiene miedo a la oposición, venga de donde venga, pero le importa hacer lo correcto” y ayudar a los “Dreamers” en la medida que sea posible, afirmó.
“Algunos miembros de su base podrían no estar contentos… el presidente reconoce que es un tema complicado, también ha dicho que no apoya una amnistía, pero que eso no significa que no esté a favor de la seguridad fronteriza, como parte de la seguridad nacional y de una reforma migratoria”, explicó.
Aguirre Ferré se hizo eco de las declaraciones de otra portavoz, Lindsay Waters, quien dijo a los periodistas que acompañan a Trump en Florida que “como hemos dicho en el pasado, no habrá amnistía”.
Como ejemplo del compromiso de Trump con el muro, Aguirre Ferré señaló que cuatro empresas de Alabama, Arizona, Texas y Mississippi ya han comenzado la construcción de prototipos de un muro de cemento en el sector de San Diego (California), y renovaciones de muros en otras partes de la frontera del suroeste.
Aguirre Ferré reiteró la advertencia del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) contra quienes intenten cruzar ilegalmente la frontera: “no sólo gastarían una fortuna en un coyote, sino que no estarán seguros, y serían arrestados y deportados”.
“Y si son deportados, nunca podrán solicitar para entrar legalmente a EEUU. Queremos inmigración legal, no vengan ilegalmente, porque serán arrestados y deportados”, enfatizó la portavoz.
Presionado por “Dreamers” y por su base
Antes de viajar a Florida, Trump dijo que está “muy cerca” de lograr un acuerdo migratorio, pero que cualquier medida consensuada tendrá que incluir elementos para una “masiva seguridad fronteriza”.
A juzgar por sus mensajes en Twitter, Trump quiere, simultáneamente, mostrar compasión con los “Dreamers” y apaciguar a su enfurecida base, que rechaza concesiones. Breitbart, nido de “Trumpistas”, hoy mismo lo tachó de “Don Amnistía”.
Para los grupos y votantes que simpatizan con Trump, ayudar a los “Dreamers” “huele a amnistía”, pese a que las medidas migratorias que ahora pueblan el Congreso incluyen requisitos, cuotas y sanciones que dificultarán la eventual ciudadanía para los jóvenes indocumentados.
Lucha sin cuartel por los “Dreamers”
Lo cierto es que la anulación del DACA, que desde 2012 ha amparado de la deportación a cerca de 800,000 jóvenes indocumentados, ha aumentado las presiones para que ambos partidos encuentren una solución consensuada. Tienen hasta el 5 de marzo de 2018 para lograrlo.
Desde ya, los demócratas y grupos progresistas afines han dejado en claro que también ellos insistirán en el “DREAM Act”.
“Un acuerdo final no sólo tiene que proteger a 800,000 jóvenes DREAMers sino que también debe reflejar los valores del Caucus Hispano del Congreso y los intereses de las comuidades inmigrantes en todo el país”, dijo la congresista demócrata de Nuevo México y presidenta del Caucus Hispano, Michelle Luján-Grisham.
En el marco del “Mes de la Herencia Hispana”, activistas de la “Agenda Nacional de Liderazgo Hispano” (NHLA), que aglutina a 45 organizaciones nacionales, acompañaron hoy a líderes demócratas del Congreso en una protesta frente a la Casa Blanca para declarar un mes de acción en defensa de los inmigrantes.ASHINGTON.- En medio de tensas negociaciones migratorias, la Casa Blanca aseguró este jueves que el presidente Donald Trump apoya una legislación que proteja a los “Dreamers” e incremente la vigilancia fronteriza, pero insistió en que no se trata de una “amnistía”, mientras los demócratas y activistas pro-inmigrantes exigieron la aprobación del “Dream Act” para los jóvenes indocumentados.
El vaivén de declaraciones entre Trump y los demócratas sólo aumenta la ansiedad y la incertidumbre sobre si, después de tantos años de pugnas partidistas, el Congreso verdaderamente logrará un acuerdo que los proteja dentro del plazo de 6 meses marcado por el mandatario.
En busca de terreno común, Trump se reunió la pasada con líderes republicanos del Congreso para discutir sus prioridades legislativas, y anoche lo hizo con los demócratas. Tras una serie de confusas y contradictorias declaraciones sobre las negociaciones entre bambalinas, Trump y los demócratas aclararon hoy que las discusiones siguen en marcha con la meta de alcanzar un acuerdo consensuado.
Antes y después de llegar a Florida, donde inspeccionó los daños del huracán Irma, Trump dijo a los periodistas que su Administración está “negociando un plan” sobre el futuro del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, que él comenzará a eliminar de forma escalonada el próximo año.
Anoche, los principales líderes de la minoría demócrata, Nancy Pelosi en la Cámara de Representantes, y Chuck Schumer, en el Senado, dijeron que ya había un acuerdo sobre una legislación que proteja a los “Dreamers” sin que incluya el muro fronterizo.
Pelosi luego explicó hoy que el plan tendría también componentes para la seguridad fronteriza pero sin el muro, mientras que Trump dijo en Twitter que apoya a los Dreamers y que “el muro vendrá después”.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, dejó en claro en rueda de prensa hoy que Trump tendrá que negociar un acuerdo con el Partido Republicano, y que el encuentro en la Casa Blanca con los demócratas “fue una discusión, no un acuerdo”.
Aclarando confusiones
Consciente de la confusión y las críticas desatadas tras ese encuentro, una portavoz de la Casa Blanca, Helen Aguirre Ferré, afirmó a este diario que Trump considera que la solución a DACA tiene que venir del Congreso y ser “bipartidista”, a pesar de que la inmigración siempre ha sido un tema “complejo” y “divisorio”.
Trump “no le tiene miedo a la oposición, venga de donde venga, pero le importa hacer lo correcto” y ayudar a los “Dreamers” en la medida que sea posible, afirmó.
“Algunos miembros de su base podrían no estar contentos… el presidente reconoce que es un tema complicado, también ha dicho que no apoya una amnistía, pero que eso no significa que no esté a favor de la seguridad fronteriza, como parte de la seguridad nacional y de una reforma migratoria”, explicó.
Aguirre Ferré se hizo eco de las declaraciones de otra portavoz, Lindsay Waters, quien dijo a los periodistas que acompañan a Trump en Florida que “como hemos dicho en el pasado, no habrá amnistía”.
Como ejemplo del compromiso de Trump con el muro, Aguirre Ferré señaló que cuatro empresas de Alabama, Arizona, Texas y Mississippi ya han comenzado la construcción de prototipos de un muro de cemento en el sector de San Diego (California), y renovaciones de muros en otras partes de la frontera del suroeste.
Aguirre Ferré reiteró la advertencia del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) contra quienes intenten cruzar ilegalmente la frontera: “no sólo gastarían una fortuna en un coyote, sino que no estarán seguros, y serían arrestados y deportados”.
“Y si son deportados, nunca podrán solicitar para entrar legalmente a EEUU. Queremos inmigración legal, no vengan ilegalmente, porque serán arrestados y deportados”, enfatizó la portavoz.
Presionado por “Dreamers” y por su base
Antes de viajar a Florida, Trump dijo que está “muy cerca” de lograr un acuerdo migratorio, pero que cualquier medida consensuada tendrá que incluir elementos para una “masiva seguridad fronteriza”.
A juzgar por sus mensajes en Twitter, Trump quiere, simultáneamente, mostrar compasión con los “Dreamers” y apaciguar a su enfurecida base, que rechaza concesiones. Breitbart, nido de “Trumpistas”, hoy mismo lo tachó de “Don Amnistía”.
Para los grupos y votantes que simpatizan con Trump, ayudar a los “Dreamers” “huele a amnistía”, pese a que las medidas migratorias que ahora pueblan el Congreso incluyen requisitos, cuotas y sanciones que dificultarán la eventual ciudadanía para los jóvenes indocumentados.
Lucha sin cuartel por los “Dreamers”
Lo cierto es que la anulación del DACA, que desde 2012 ha amparado de la deportación a cerca de 800,000 jóvenes indocumentados, ha aumentado las presiones para que ambos partidos encuentren una solución consensuada. Tienen hasta el 5 de marzo de 2018 para lograrlo.
Desde ya, los demócratas y grupos progresistas afines han dejado en claro que también ellos insistirán en el “DREAM Act”.
“Un acuerdo final no sólo tiene que proteger a 800,000 jóvenes DREAMers sino que también debe reflejar los valores del Caucus Hispano del Congreso y los intereses de las comuidades inmigrantes en todo el país”, dijo la congresista demócrata de Nuevo México y presidenta del Caucus Hispano, Michelle Luján-Grisham.
En el marco del “Mes de la Herencia Hispana”, activistas de la “Agenda Nacional de Liderazgo Hispano” (NHLA), que aglutina a 45 organizaciones nacionales, acompañaron hoy a líderes demócratas del Congreso en una protesta frente a la Casa Blanca para declarar un mes de acción en defensa de los inmigrantes.
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Fuente:La Opinion