RESIDENTES EN EL SUR DE CALIFORNIA HUYEN DE LOS ENORMES INCENDIOS
Los angelinos del Valle de San Fernando despertaron con dificultad para respirar y cenizas flotando en el aire, resultado de los incendios que desde el martes azotan al sur de California.
Las condiciones de sequía y los vientos de Santa Ana, con ráfagas de hasta 70 millas por hora (National Weather Service) azuzaban las llamas, que el miércoles continuaban esparciéndose a lo largo de la región.
Hasta el cierre de edición, los incendios de Arroyo (Creek fires), que comenzaron el martes alrededor de las 3:40 a.m. en el área de Sylmar, habían alcanzado más de 11,300 acres sin poder ser contenidos.
Más de 100,000 residentes de las zonas de Sylmar, Lake View Terrace, Tujunga y Sunland recibieron noticias de evacuación.
Kaitlyn Reveles, cosmetóloga y experta en cuidado de la piel (esthetician), fue una de las tantas personas que tuvo que dejar su hogar cuando llegaron las llamas. La residente de Sylmar vive con sus padres y su hermanito de 8 años de edad.
“Mi casa está enfrente de las montañas y desde la ventana podíamos ver las llamas, e incluso el agua que rociaban desde los helicópteros para apagar el fuego”, compartió la joven de 19 años de edad.
“Alrededor de las 6:00 de la mañana de ayer, mi mamá me despertó y me dijo que tenía que empacar”, recordó.
Reveles recogió algo de ropa y sus documentos más importantes, entre ellos el pasaporte y tarjeta de identificación.
“Decidimos no llevarnos ninguna de las fotos, porque, hoy en día, todo es digital”, aclaró.
“Fue un día muy largo, empacamos y nos fuimos, sin siquiera estar seguros de dónde íbamos a ir. Los incendios y el tener que evacuar mi hogar hicieron que todo el día me sintiera muy agobiada, y al mismo tiempo muy cansada”, describió.
La familia esperó hasta el último minuto para despertar al más pequeño, para no alarmarlo.
“Pero igual mi hermanito se asustó, especialmente al ver las noticias de la televisión”. Uno de los vecinos de Reveles optó por arriesgarse y quedarse en su hogar. “Nos dijo que él nos avisaría cuándo podíamos volver”.
La familia pasó la noche en la casa de los abuelos de Kaitlyn, y hoy regresaron a su hogar, aunque no estaban seguros si tendrían que volver a evacuar.
“Hoy dejamos los autos empacados con todo, por las dudas”, explicó Reveles. “En la casa cerramos todas las puertas y ventanas y prendimos el aire acondicionado, porque el aire está muy enrarecido y se hace difícil de respirar. Hasta el perro está dentro de la casa”, indicó.
Ayuda para las personas sin hogar
Los incendios en la zona norte (Creek fires) también alcanzaron áreas con campamentos de personas sin hogar.
Eric Montoya, Gerente de entrenamiento y alcance comunitario de LAFH (Los Angeles Family Housing) indicó que la agencia había estado recorriendo la zona para proveer asistencia a las personas afectadas por los incendios, ya sea ofreciendo refugio para la noche, como proveyendo agua, y máscaras para mermar los efectos negativos del humo del medio ambiente.
“Estamos coordinando nuestros esfuerzos con la Cruz Roja y recibimos información en tiempo real de lo que está ocurriendo y las necesidades que se presentan”, explicó. LAFH tiene una línea a la cual las personas sin hogar pueden llamar para pedir información y ayuda. (https://lafh.org) La agencia también provee transporte para que las personas puedan llegar a los refugios.
“Hay quienes pueden creer que las pertenencias de las personas sin hogar no tienen mucho valor, pero para ellos sí son muy importantes y no quieren dejarlas. Puede ser una foto que tienen de su familia u otros objetos que para ellos son muy valiosos e importantes y no quieren que se quemen”, señaló.
“Vamos a las localidades con un experto de salud mental, para ayudar a aquellos que lo requieran”, agregó. Muchas personas sin hogar no tienen acceso a cuidado de salud mental y necesitan apoyo profesional, especialmente en situaciones como esta.
Montoya recordó los recientes incendios de La Tuna Canyon de este año, pero señaló que esta vez eran mayores y que, debido a los vientos de Santa Ana, eran impredecibles y estaban más esparcidos que antes.
Recursos
Refugios que están aceptando a personas sin hogar:
College of the Canyons
26455 Rockwell Canyon Rd, Santa Clarita, CA 91355
Branford Recreation Center
13306 Branford St, Arleta, CA 91331
Refugios que aceptan a evacuados y sus mascotas
Bridge to Home-Santa Clarita: (661) 388-3002
23031 Drayton Street, Santa Clarita 91350
Servicio de transporte a refugios
El trasporte pasa por el Mercado Vallarta a las 5:45 p.m.
23449 Lyons Avenue, Valencia, 91355
Estación Newhall de Metrolink a las 6:15 p.m.
24300 Railroad Ave., Newhall
Refugios que aceptan walk-ins
Sunland Senior Center
8640 Fenwick St
Sunland CA, 91040
Sylmar Rec Center
13109 Borden Ave.
Sylmar CA, 91342
Las mascotas también necesitan refugio
A la hora de evacuar, muchas personas dudaban dejar su hogar, porque no querían dejar solas a sus mascotas. Jan G. (quien pidió no dar su nombre por cuestiones de privacidad) vive en una comunidad de casas de remolque (Trailer Homes) para personas ancianas, en Sylmar.
“Mis vecinas me decían que empaque mis medicinas y mis documentos y que me vaya con ellas, pero yo no puedo dejar a mis cinco gatos”, explicó. La zona en la cual Jan vive no recibió órdenes mandatorias de evacuación, pero sí recibieron una alerta aconsejándoles evacuar.
“Ayer recibimos muchos llamados de personas que nos decían que no podían irse a un hotel, porque la mayoría de ellos estaba llena, o no aceptaban a sus mascotas”, confirmó Jason Shepherd, Director del Centro de Recreación de Sun Valley, que ayer recibió a diez evacuados, refugiándose de las llamas.
Shepherd contó que una de las evacuadas tenía un rancho, y que por la mañana del martes había ofrecido sus establos en Shadow Hills para cuidar los caballos de los residentes evacuados.
“Pero después cambiaron los vientos y ella misma tuvo que dejar su hogar”, explicó.
Algunos de los refugios ofrecidos el martes por la noche, como este centro de Sun Valley, fueron desactivados el miércoles. Shepherd explicó que la estrategia era mantener abiertos aquellos centros con más refugiados para hacer mejor uso de los recursos disponibles.
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Fuente:La Opinion