AL ENCUENTRO CON EL MANDATARIO ACUDIRÁN TAMBIÉN CONGRESISTAS “DE MANO DURA” CONTRA LA INMIGRACIÓN
WASHINGTON— El presidente Donald Trump se reunirá mañana con una veintena de líderes del Congreso, muchos considerados de “línea dura” contra los inmigrantes, para consensuar con los demócratas un acuerdo que evite el cierre del gobierno y resuelva el limbo de los “Dreamers”, sin garantías de destrabar las negociaciones.
Faltan 11 días para que el gobierno federal agote nuevamente sus fondos y cierre sus puertas, a menos que el Congreso apruebe un proyecto de ley presupuestario que, como exigen los demócratas, incluya una solución para los jóvenes indocumentados.
Las negociaciones, que no han logrado avances en las últimas semanas por falta de voluntad política, podrían producir una importante reforma migratoria, según observadores.
Sólo que Trump ha abierto dos frentes de guerra contra la comunidad inmigrante, al desmantelar en septiembre pasado el programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, y la continua eliminación gradual del programa de “Estatus de Protección Temporal” (TPS), que juntos amparan de la deportación a poco más de un millón de inmigrantes indocumentados.
También ha ido añadiendo condiciones ajenas al asunto de “DACA”, al exigir un fin de la “lotería de visas” y del sistema de visas que desde 1965 permiten la reunificación familiar.
Durante el fin de semana pasado, Trump volvió a insistir en que no aceptará un acuerdo sobre DACA si no incluye su prometido muro fronterizo y otros componentes para incrementar la vigilancia fronteriza.
En paralelo, sin embargo, abogados del Departamento de Justicia solicitaron la semana pasada a un juez federal, que preside una demanda para restablecer “DACA”, que desestime las amenazas de Trump de condicionar un acuerdo a la construcción del muro fronterizo.
La reunión en la Casa Blanca se dará en unos momentos en que, de cara a los comicios legislativos de noviembre próximo, ambos partidos afrontan presiones de sus respectivas bases a no hacer concesiones.
El presidente del Comité de Asuntos Jurídicos de la Cámara de Representantes, el republicano Bob Goodlatte, prevé presentar una iniciativa que incluirá la mayoría de las exigencias de Trump a cambio de proteger a los “Dreamers”, confirmó a este diario su oficina, sin dar detalles.
Los “Dreamers” tienen el apoyo de algunos republicanos de corte moderado, pero la mayoría de su bancada exige que el tema migratorio se discuta de forma aislada a la negociación del presupuesto, algo que no acepta la oposición.
También los demócratas afrontan divisiones internas sobre cómo proceder: el liderazgo quiere evitar un cierre del gobierno, pero otros legisladores y grupos progresistas de su base afirman que el presupuesto fiscal es la única “palanca” que tienen para extraer concesiones de los republicanos.
Eso se debe a que, en el Senado, donde los republicanos ahora redujeron su mayoría por un escaño, a 51-49, éstos necesitarán el apoyo de los demócratas para aprobar iniciativas de carácter fiscal.
De hecho, decenas de activistas del movimiento de los “Dreamers”, incluyendo de grupos como “United We Dream”, “Indivisible”, y “Our Dream”, prevén regresar a Washington en los próximos días para retomar sus tácticas de presión ante los legisladores demócratas.
Las voces que escucha Trump
Para los demócratas y grupos pro-inmigrantes, la exigencia de condicionar DACA al muro refleja las voces anti-inmigrantes de asesores como el ultraconservador Steve Miller y, a su juicio, son “píldoras venenosas” pensadas para torpedear cualquier negociación bipartidista.
La semana pasada, la Casa Blanca envió al Senado una propuesta formal de $33,000 millones para la seguridad fronteriza en un plazo de diez años, de los cuales $18,000 millones serían destinados a la construcción del muro.
Para los activistas, esa propuesta no sirve ni para arrancar las negociaciones.
Frank Sharry, director ejecutivo de “America’s Voice”, afirmó hoy que la Casa Blanca tiene que hablar “con seriedad” en estas negociaciones, en vez de aferrarse a posturas que sólo profundizan la crisis que Trump creó al desmantelar “DACA”.
La única solución, dijo Sharry, es que el Congreso apruebe el “Dream Act”, una de varias medidas ante el Legislativo para legalizar a los más de 800,000 jóvenes indocumentados que se inscribieron en “DACA” en 2012.
Si, para salvar cara, los republicanos necesitan algún resultado que mostrar a su base, lo sensato es “negociar medidas de seguridad fronteriza razonables”, como las que ha propuesto el liderazgo demócrata, dijo Sharry.
En ese sentido, no es aceptable que los asesores de Trump de “línea dura” y sus aliados en el Congreso estén “exigiendo el 90% de su agenda migratoria a cambio de un 10% para los demócratas”, porque eso incrementa el riesgo de un cierre del gobierno el próximo 19 de enero, advirtió.
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Fuente:La Opinion