LA COMUNIDAD MÉDICA TEME QUE EL H7N9 SEA EL ORIGEN DE UNA NUEVA PANDEMIA
Desde 2013, un peligroso virus se desarrolla en las aves de corral en China, y es transmisible a los humanos. Se trata del H7N9, un tipo de gripe aviar tan letal, que ha matado al 40 por ciento de sus víctimas.
Existen acuerdos internacionales avalados por la Organización Mundial de la Salud en los que China se compromete a compartir muestras de virus peligrosos con Estados Unidos a fin de analizar su comportamiento y mutaciones, para desarrollar así vacunas y tratamientos; pero hace un año que el gobierno chino no entrega a EEUU ninguna muestra del H7N9, por lo que la comunidad médica estadounidense está realmente preocupada.
De acuerdo con un reporte de The New York Times, los expertos señalan que, en estas condiciones, la población de EEUU se encuentra en peligro ante una posible propagación del virus H7N9 -que podría ocurrir en unos cuantos días- y los organismos gubernamentales de salud no podrían hacer mucho para protegerla ante este patógeno extranjero.
Ello, aunado al pronóstico de la comunidad científica de que la próxima pandemia mundial muy probablemente provenga de un tipo de gripe, ha puesto en alerta a médicos e instituciones gubernamentales, pues el H7N9 es tan letal que ha matado a 40 de cada 100 enfermos.
La primera aparición del virus fue en 2013, y desde entonces se ha propagado a través de las aves de corral que, a su vez, contagian la enfermedad a los humanos. Las vacunas contra la gripe disponibles hasta el momento no ofrecerían ninguna protección a los estadounidenses, pues al no contar con muestras los organismos de salud y laboratorios no pueden incluir este virus en el cuadro de inmunidad.
En 2002 China ocultó el brote de síndrome respiratorio agudo severo (SARS) durante varios meses y mantuvo en privado sus hallazgos sobre la enfermedad. En 2005 compartió a cuentagotas las muestras virales del H5N1, otro tipo de gripe aviar, con el fin de no afectar a su industria avícola que exporta carne de aves a todo el mundo. Por esta razón se firmaron acuerdos internacionales para intercambiar muestras y permitir a otros países participar en el desarrollo de vacunas, pero China no parece respetarlos en este momento.
Los expertos señalaron al New York Times que quizá China no sólo está tratando de proteger su industria avícola, sino también de desarrollar tratamientos exclusivos contra el H7N9 que después podrá vender al resto del mundo.
Y mientras China rechazó compartir información clínica de las personas infectadas con este peligroso virus, pues asegura que lo erradicó luego de vacunar a sus aves, los científicos advierten de un riesgo adicional: el virus de la influenza, en cualquiera de sus tipos, sabe hacer algo muy bien, y eso es mutar. Ante las mutaciones, y sin vacunas, los estadounidenses están completamente vulnerables.
*
Fuente:La Opinion