San Francisco ha pasado a ser la ciudad más grande del país que permite a extranjeros que no son ciudadanos, incluidos los que están en el país sin permiso, votar en elecciones locales, pero la perspectiva de que el gobierno de Donald Trump conozca sus identidades parece estar alejándolos de las urnas: sólo 35 no ciudadanos se empadronaron.
El voto de los extranjeros que no son ciudadanos es ilegal en el ámbito estatal y nacional, pero varias ciudades lo permiten en comicios locales. En San Francisco, pueden hacerlo sólo para elegir juntas escolares. El electorado aprobó en el 2016 una medida que permite a padres o custodios de menores que estudian en las escuelas de San Francisco opinar sobre la educación de los chicos, participando en la elección de los miembros de la junta escolar, sin importar su status inmigratorio. En la misma elección, Donald Trump llegó a la presidencia y desde entonces lanzó una intensa campaña contra la inmigración ilegal.“Vivimos en un estado sin precedentes de animosidad hacia nuestra comunidad de inmigrantes y eso hace que la gente no vote”, declaró la supervisora (concejal) Sandra Fewer, ex integrante de la junta escolar de San Francisco y quien apoya el voto de los residentes que no son ciudadanos.
Las personas que no tienen la ciudadanía deben suministrar su dirección y fecha de nacimiento al empadronarse y poca gente lo ha hecho en esta ocasión.Un Comité de Educación de Votantes Chino-Estadounidenses ha estado realizando campañas para alentar a la gente a votar, pero sus voluntarios no registraron ni duna sola persona sin ciudadanía, ni siquiera extranjeros con permiso de residencia, según su director ejecutivo David Lee.“La gente está muy asustada porque el gobierno de Trump es visto como muy contrario a la inmigración”, dijo Lee. “Hay una preocupación legítima de que su información puede ser entregada a las autoridades federales y terminen siendo detenidos o deportados”.
La de Lee y otras organizaciones comunitarias que han estado invitando a empadronarse, advierten sobre los riesgos que ello implica. El departamento municipal que se ocupa del empadronamiento también advierte en sus formularios y en folletos que la información puede ser compartida y podría ser vista por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y otras dependencias del gobierno.
San Francisco es una “ciudad santuario” que limita su colaboración con las autoridades inmigratorias nacionales. Ha mantenido fuertes enfrentamientos con el gobierno central y demandó a la administración de Trump en relación con las protecciones que se pueden ofrecer a las personas que están en el país ilegalmente.
Quienes promovieron el voto de los no ciudadanos en algunos comicios locales dicen que el objetivo es darles voz en la junta escolar.El Distrito Escolar de San Francisco no toma nota de si los padres o los alumnos son ciudadanos o no, pero dijo que el 29% de sus 54.000 estudiantes están aprendiendo inglés y que hablan, en su mayoría, chino o español en sus casas. Al menos 40.000 de los 885.000 residentes de la ciudad están en el país sin permiso, de acuerdo con estimados del gobierno. Harmeet Dhillon, abogada integrante del Comité Nacional Republicano, dijo que permitir a los no ciudadanos emitir un voto, devalúa los derechos de los ciudadanos.