Una investigación ha demostrado una relación causal entre el nivel de dopamina y el placer al escuchar música: cuanta más dopamina libera el cerebro mientras se escucha una canción, más se disfruta y se quiere volver a escuchar o comprar.
En el estudio, publicado en la revista científica americana Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los científicos manipularon con fármacos el nivel de la levodopa, un precursor de la dopamina que aumenta su producción, y constataron que aumentaba el placer y entusiasmo de los 27 participantes. En cambio, cuando les administraron risperidona, el precursor que disminuye la dopamina, los participantes tenían menos escalofríos de placer provocados por la música.
Además, la intensidad emocional que experimentaban los participantes, medida con el estudio de su actividad electrodérmica, era más alta con la levodopa y menor con la risperidona, así como su disposición a gastar dinero.
Los participantes escuchaban sus canciones favoritas y temas de cantantes como Alejandro Sanz, Amaia Montero, Antonio Orozco, Auryn o Katy Perry y después evaluaban la intensidad de sus experiencias y cuánto estaban dispuestos a pagar por cada canción.
Las pruebas experimentales se ejecutaron con tres sesiones diferentes con una semana de intervalo entre ellas, donde los expertos administraron por vía oral el precursor de la dopamina, la levodopa, su antagonista, la risperidona, y un placebo de lactosa como método de control.
La investigadora de la UB-IDIBELL y primera autora del artículo, Laura Ferreri, destaca en un comunicado que “los resultados desafían los estudios previos que se han hecho con animales” y “clarifican el papel del sistema dopaminérgico humano en cuanto a recompensas abstractas”.
En los estudios previos, “la manipulación en los niveles de dopamina mostraba su papel en la motivación y el aprendizaje”, pero no su relación con el placer “cuando los animales eran premiados con comida”, según ha explicado también Ferreri.
“Estos resultados indican que la transmisión dopaminérgica en humanos puede tener papeles diferentes de los que se habían propuesto en procesamientos afectivos, en concreto, respecto a las actividades cognitivas abstractas, como ahora escuchar música”.
Los resultados abren una nueva visión de la neurobiología y la neuroquímica de las respuestas de recompensa asociadas a la música, y contribuyen al debate abierto sobre la comprensión del cerebro humano.