La cifra de inmigrantes que se han naturalizado para convertirse en ciudadanos estadounidense en pleno derecho ha alcanzado en 2018 su cifra récord de los últimos cinco años, según ha informado este lunes el Servicio de Inmigración y Ciudadanía.
La tasa de aprobación de solicitudes no ha variado, pese a las trabas que el Gobierno presidido por Donald Trump ha impuesto a los procedimientos migratorios.
En el año fiscal de 2018 (desde octubre de 2017 a septiembre de 2018) se naturalizó a 756.800 personas, un 16% más que en 2014. La tasa de aprobación de solicitudes ha descendido ligeramente, por debajo del 90%.
Abogados de inmigración se han quejado de la creciente lentitud en la tramitación de solicitudes, pero una portavoz de USCIS ha indicado al diario The Washington Post que “las esperas se deben a menudo al mayor número de aplicaciones y no un procesamiento lento”.
El numero de solicitudes procesadas en 2018 rozó las 850.000, un 18% más que en 2014. Hay así un atasco de 730.000 solicitudes pendientes de ser procesadas.
Los retrasos para obtener un visado, la residencia permanente o la ciudadanía casi se han duplicado en general en los últimos cuatro años, según la Asociación estadounidense de Abogados de Inmigración, que denuncia que se ha alcanzado un nivel “crítico”.
En el año fiscal de 2014, con el demócrata Barack Obama en la Casa Blanca, el tiempo medio que el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés) tomaba en procesar un caso rondaba los cinco meses; en 2018, se acerca ya a los 10 meses.
“Estos retrasos en toda la nación están dañando a familias, población vulnerable y negocios estadounidenses que dependen de que se resuelvan adecuadamente”, señaló en febrero la asociación de abogados de inmigración.
La asociación cifra en 2,33 millones casos los retrasos a finales del año fiscal de 2017, lo que afecta a green cards, visados para víctimas de trata de personas, o permisos de trabajo, entre otros. En algunos casos, como el procedimiento I-360 (para, entre otros, víctimas de abusos domésticos), entre 2016 y 2018 el tiempo de espera ha pasado de cinco meses a casi 14.
El número de expedientes retrasado se ha duplicado en tan solo un año (entre 2017 y 2018), alcanzando probablemente su nivel máximo histórico, según la asociación, que cita las cifras reportadas por USCIS al Congreso. Y ello pese a que, durante ese año, el incremento de casos fue de sólo un 4%.
Los abogados culpan de estos retrasos a los “cambios equivocados de política” por parte del Gobierno de Donald Trump, que han jugado un “papel clave”. El propio Departamento de Seguridad Nacional lo reconoció al Congreso en abril de 2018. Entre estos cambios, destaca por ejemplo el nuevo requerimiento de entrevistas personales para las green cards y casos de asilo.
En conclusión, los abogados recomiendan acabar con este “muro invisible”, eliminando políticas “innecesarias” y reforzando el control del Congreso y la transparencia por parte de USCIS.