Las autoridades federales de Estados Unidos aseguraron este domingo que están tratando la investigación del tiroteo que el sábado dejó al menos 20 muertos en un centro comercial El Paso (Texas), ciudad fronteriza con México, como un caso de “terrorismo doméstico” y “delito de odio”.
El fiscal del distrito de El Paso, Jaime Esparza, anunció que buscará la “pena capital” para el hombre acusado de la matanza, que además dejó por lo menos 26 heridos.
Previamente, los investigadores habían apuntado a un posible vínculo del sospechoso de la masacre de El Paso, Patrick Crusius, con un manifiesto publicado en internet en el que se critica “la invasión hispana de Texas”.