Se trata de un destino horrible. Alguien se da un refrescante baño en el océano, y contrae una infección con una bacteria carnívora.
El cambio climático está haciendo que esa aterradora situación sea más común en la parte norte de Estados Unidos, afirma un experto en enfermedades infecciosas.
Esas infecciones son provocadas por la bacteria Vibrio vulnificus. Cada año, en Estados Unidos hay unas 80,000 infecciones de ese tipo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
La mayoría de las infecciones se resuelven en unos días, pero cada año hay unas 500 hospitalizaciones y 100 muertes debido a ese tipo de infección.
Hay varias formas de protegerse, según David Cennimo, experto en enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey.
La bacteria Vibrio puede entrar al cuerpo a través de heridas abiertas. Si tiene una, mejor no entre al agua, sobre todo al agua salobre. Cubra la herida con un vendaje impermeable si es probable que vaya a entrar en contacto con el agua o con pescado o marisco crudos o su jugo crudo, aconsejó Cennimo.
Cocine todo pescado y marisco del todo y lávese las manos después de manejar marisco crudo, añadió.
La mayoría de las infecciones provocadas por la bacteria Vibrio son gastrointestinales, y provocan síntomas de intoxicación alimentaria, como diarrea, vómitos, calambres, dolor abdominal y, a veces, fiebre. Los síntomas comienzan usualmente el día después del consumo, y duran tres días.
Las infecciones cutáneas provocadas por la bacteria podrían estar inflamadas y rojas, con ampollas. El lugar podría ponerse de un azul profundo, como un moretón grave. Podría aparecer fiebre, y en los casos graves puede haber confusión. Se requiere una atención médica de emergencia, porque la infección puede progresar rápidamente hasta la muerte, advirtió Cennimo.
En la mayoría de las personas, la infección se puede tratar con antibióticos. Pero las infecciones necrotizantes (carnívoras) pueden ser graves, y avanzan muy rápido.
Las personas con un riesgo particular de una infección grave y agresiva incluyen a las que tienen un sistema inmunitario debilitado debido a afecciones como la enfermedad hepática, el cáncer, la diabetes o el VIH, y las que toman terapia inmunosupresora o se están recuperando de una cirugía del estómago.