El chef español José Andrés, que con su ONG World Central Kitchen lleva alimento a las islas de Bahamas afectadas por la devastación del huracán Dorian, como Ábaco y Gran Bahama, continuará este lunes con la entrega de comida y llegará con ello a las 100.000 servidas desde el paso del ciclón.
A través de su cuenta oficial en Twitter indicó este lunes que los platos serán entregados en centros de acogida y comunitarios, hospitales, aeropuertos y puertos, donde se concentra mucha gente que busca salir de las zonas afectadas.
Entre ellos, detalló, grupos de haitianos “totalmente olvidados”.
A su vez, destacó que la labor que está realizando en el archipiélago atlántico es un “esfuerzo comunitario”.En este sentido, subrayó que está recibiendo ayuda del Gobierno de Bahamas, voluntarios, de empresas propietarias de varios complejos hoteleros e incluso turistas.
Tras recordar que llegó antes del paso del huracán, mencionó que la distribución es posible gracias a un proceso “sistemático, real y llega a las personas que lo necesitan”.
Por último, dijo que en los próximos días repartirá comida en refugios que establezca el Ejecutivo local en los que podría haber hasta 5 mil personas.
En una entrevista concedida a Efe este domingo, José Andrés opinó que la magnitud de la catástrofe es tan grande en las islas Ábaco que la gente está “destruida” y quiere irse.
En Carolina del Norte o en Puerto Rico la gente intentaba arreglar sus casas, sacar las cosas fuera, hay gente que su casa quedó destrozada o inundada, pero aquí no hay nadie que esté intentando arreglar su casa”, subrayó.
El chef habló con Efe antes de subirse a un helicóptero para hacer una nueva ronda para llevar ayuda y alimentos a islas devastadas por el ciclón, que tocó tierra en las islas Ábaco el pasado domingo con vientos de 295 kilómetros por hora y categoría 5, la máxima de la escala Saffir-Simpson.
“La gente está como destruida. Lo único que quieren es irse de aquí”, aseguró sobre los otros efectos que ha tenido el huracán en el norte de Bahamas, donde ha dejado un rastro de destrucción y un saldo oficial de 43 muertos, aunque se teme que puede ser mucho peor.
El chef asturiano cree que hay muy “poca gente” que quiera quedarse y que de los pocos que no manifiestan su voluntad de ser evacuados hay muchos haitianos indocumentados que no quieren “sacar la cabeza porque temen que les echen”.
El cocinero ya tiene experiencia en situaciones similares como las vividas el año pasado cuando trasladó a su equipo para ayudar a los afectados por el huracán Michael en Estados Unidos o el María en Puerto Rico en 2017.