La última vez que Luis Scola hizo acto de presencia en las semifinales de la Copa del Mundo, el ala-pívot apenas tenía 26 años y seguía esperando por la oportunidad de desembarcar en la NBA con su larga melena.
Ahora tiene 39 años. Su carrera de una década en la NBA está en el pasado. Se ha recortado el pelo, relleno de canas.
Y está de vuelta entre los cuatro mejores del mundo.
Scola firmó 20 puntos, Facundo Campazzo aportó 18 puntos y 12 asistencias y Argentina sorprendió 97-85 a Serbia en los cuartos de final del campeonato mundial la noche del martes.
Argentina (6-0) disputará su semifinal el viernes en Beijing contra el ganador del duelo de cuartos el miércoles en Dongguan entre Estados Unidos (5-0) y Francia (4-1).
“Esto tiene un enorme significado”, afirmó Scola, el último bastión de la Generación Dorada en el equipo nacional.
Los Albicelestes están en las semifinales de un Mundial por primera vez desde 2006, precisamente en el apogeo de esa fenomenal camada que, con Manu Ginóbili, Andrés Nocioni y Scola a la cabeza, conquistó el oro olímpico en los Juegos de Atenas 2004.
Serbia fue señalado como uno de los grandes favoritos al título, y llegó a China con la ambición de pelear por el oro tras perder en las finales ante Estados Unidos en el Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
Pero Argentina tenía otros planos, y Scola se encargó de transmitir un mensaje contundente: este resultado no fue obra de la casualidad.
“Me irrita que hay gente hablando de un milagro, hablando de sorpresa, gente hablando que nadie lo esperaba”, señaló Scola. “Les voy a decir una cosa, habían 22 individuos que sí estuvieron creyendo durante los últimos dos meses que teníamos la capacidad de llegar a esto. Es lo único que necesitábamos, a esos 22. Los tenemos y esto supera por mucho cualquier milagro”.
Patricio Garino añadió 15 para Argentina.
Bogdan Bogdanovic anotó 21 puntos por Serbia (4-2), que también recibió 18 por parte de Nemanja Bjelica y un aporte de 16 puntos y 10 rebotes del centro Nikola Jokic, su referente que brilla en la NBA. Vasilije Micic jugó 18 minutos por los serbios tras el fallecimiento de su madre días atrás.
“Trabajamos a destajo durante todo el verano”, dijo Bjelica. “Es duro. Pero así es el baloncesto. Hay cosas con una mayor importancia”.