Muchas personas que han probado prescindir de la carne un día a la semana para enfocar la atención en los alimentos y el cambio climático lo siguieron haciendo tras el final de la campaña, señala un estudio reciente.
Los investigadores encuestaron a 320 familias de Bedford, Nueva York, que participaron en la campaña de “lunes sin carne” de la ciudad en 2018. Durante 12 semanas, los participantes no comieron carne un día por semana.
En una encuesta seis meses más tarde, casi un 57 por ciento de los encuestados dijeron que estaban comiendo menos carne que antes de la campaña, y más de un 70 por ciento afirmaron que prescinden de la carne cada lunes o al menos una vez por semana.
Casi un 70 por ciento apuntaron que la reducción resultaba fácil o muy fácil, y un 68 por ciento dijeron que estaban más comprometidos con no comer carne un día a la semana.
Los encuestados afirmaron que el mayor problema eran las preferencias de los amigos y los familiares y/o los hábitos de alimentación respecto a la carne.
Los participantes también fueron encuestados al inicio y al final de la campaña.
En las tres encuestas, la salud fue el motivo más común para comer menos carne.
Al final de la campaña de 12 semanas, la salud decayó como motivo mientras que el cambio climático, el medioambiente, el ahorro energético y la conservación del agua avanzaron puestos.
En la encuesta de seguimiento a los seis meses, el clima y el medioambiente decayeron ligeramente como motivos para la reducción en el consumo de carne, pero seguían ocupando unos lugares más altos que al inicio, según los hallazgos.
El estudio se presentó la semana pasada en una reunión de la Asociación Americana de Salud Pública (American Public Health Association), en Filadelfia.
Los investigadores anotaron que Bedford, Nueva York, tiene un nivel educativo y de ingresos más alto que la comunidad promedio de EE. UU.
“Por tanto, los resultados se sesgan hacia una mayor concienciación y unos niveles más bajos de cambio conductual, dado que ya comían menos carne”, comentó la autora del estudio, Becky Ramsing, miembro sénior del programa del Centro Johns Hopkins para un Futuro Habitable de la Facultad de Salud Pública Bloomberg, en Baltimore.
“Al mismo tiempo, los hallazgos pueden ayudarnos a comprender cuáles estrategias podrían ser más efectivas para fomentar la concienciación y la acción comunitarias sobre los alimentos y el clima”, señaló Ramsing en un comunicado de prensa de la revista.
Las investigaciones presentadas en reuniones por lo general se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.