Un joven inmigrante se enfrenta de repente al riesgo de ser deportado tras el arresto hace dos años de su hermano, acusado de un fallido atentado terrorista en Nueva York, en lo que activistas de inmigración consideran un caso de represalias de índole racista.
Ahsan Ullah, de 32 años y que trabaja como electricista en el barrio neoyorquino de Brooklyn, logró la nacionalidad estadounidense siendo niño. Originario de Bangladesh, fue adoptado por su tío cuando era joven, según ha relatado su familia al diario The Guardian. El hombre consiguió después la green card gracias al sorteo de la lotería de diversidad, y emigró a Estados Unidos cuando Ullah tenía ocho años.
Su tío logró además traerse a su hermana, la madre biológica de Ullah, y a cuatro de sus hijos, que lograron la residencia permanente en 2011. La familia se asentó así en Estados Unidos, yendo a la escuela y buscando trabajo. Ullah se casó y tuvo tres hijos.
En diciembre de 2017, sin embargo, uno de sus hermanos, de 27 años fue arrestado por detonar una bomba casera en una estación de metro de Nueva York, sin causar heridos (sólo él). La policía interrogó a toda la familia, pero determinó que el hombre había actuado sólo; fue condenado por terrorismo, y ahora espera sentencia.
“Por tres o cuatro meses al menos estábamos que no nos lo creíamos”, explicó Sherin, la mujer de Ullah, de 30 años, “no creíamos que fuera capaz de esto”.
Ahora, la familia entera está sufriendo las consecuencias pese a ser inocentes.
El pasado mes de abril, Ullah, que no tiene antecedentes penales, recibió una carta del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés) en la que se le comunicaba la anulación de su ciudadanía por haberla obtenido, supuestamente, de forma ilegal.
El 22 de octubre fue detenido: pasó cuatro semanas separado de su familia, en un centro de Nueva Jersey, y ahora está en libertad bajo fianza a la espera de ver si podrá quedarse en el país o ser deportado.
Su madre y sus hermanos intentaron conseguir la ciudadanía y fueron rechazados. La mujer y una de sus hijas, de 22 años, fueron detenidos el 6 de noviembre y pasaron dos días encerradas. USCIS asegura ahora que no tienen relación sanguínea con el hombre que logró la green card en la lotería de diversidad (un sistema que el presidente, Donald Trump, quiere eliminar aunque el Congreso no se lo ha permitido).
“Es una represalia por compartir el mismo ADN” que alguien acusado de terrorismo, ha asegurado Ullah al citado diario, “estoy sorprendido por todo esto. Pago mis impuestos, nunca he hecho nada malo, trato de ser un ciudadano modelo y estoy aquí [detenido]”.
Ninguno de sus parientes tiene tampoco antecedentes penales. Alegan que el USCIS sólo planteó preguntas sobre la validez de su estado migratorio después del atentado terrorista. Los abogados de la familia aseguraron estar reuniendo la documentación para probar sus relaciones filiales.
El caso de esta familia no es aislado.
En septiembre, un informe de la Open Society Justice Initiative reveló que el Gobierno de Trump ha presentado tres veces más casos de para despojar de ciudadanía –unos 30 al año– que el promedio de los ocho presidentes anteriores.
Casi la mitad de todas las personas objetivo de la desnaturalización en 2017 y 2018 provenían de países de “interés especial”, es decir, con presuntos vínculos con el terrorismo, incluido Bangladesh, según este informe,Ullah y su familia esperan poder impugnar sus órdenes de deportación ante su corte de inmigración y, si es necesario, presentando mociones civiles ante una corte federal.
“Después de todo este tiempo, nos habíamos unido mental y físicamente a este país, y amamos mucho a este país”, dijo Ayfa, la hermana de 22 años de Ullah tras ser liberada de la detención, “¿cómo puedes repudiar a una persona así?”.