WASHINGTON.- Al repetir su queja de que EEUU debe controlar sus fronteras, el fiscal general, Jeff Sessions, hizo una férrea defensa este jueves de los cambios propuestos por la Administración para combatir el “fraude” en el sistema de asilo en el país.
Durante un discurso en la sede de la Oficina Ejecutiva para la Revisión de Inmigración (EOIR) en Falls Church (Virginia), que supervisa los tribunales de Inmigración, Sessions se quejó de que el sistema de asilo tiene “agujeros” que facilitan el “abuso y fraude rampante” en EEUU.
“Al estar sobrecargado con reclamos falsos, no puede bregar con eficacia con reclamos validos (de asilo)”, argumentó Sessions, quien consideró que EEUU afronta una “crisis” en la frontera sur.
“El aumento en los juicios, audiencias, apelaciones, y procedimientos de fianzas ha sido abrumador”, dijo Sessions, al indicar que el sistema estaba pensado para personas en peligro de persecución pero que, gracias a “abogados listos”, ahora se ha convertido en un “boleto fácil para el ingreso ilegal” en EEUU.
Sessions, que ha ensalzado la “mano dura” del presidente Donald Trump contra la inmigración ilegal, es uno de los artífices del plan migratorio que la Administración Trump envió al Congreso el domingo pasado para que sea incorporado en cualquier legislación para legalizar a los “Dreamers”.
El plan incluye severas restricciones para solicitantes de asilo, dificultando el proceso para demostrar “miedo creíble”, además de busca facilitar la deportación de quienes no califican para asilo, entre otros elementos.
En la actualidad, el sistema permite que los solicitantes de asilo puedan demostrar su “miedo creíble” a la persecución ante un tribunal de Inmigración, como parte de su derecho al debido proceso.
Para Sessions, sin embargo, eso demora la “deportación expedita” de personas que, a su juicio, no tienen derecho a estar en EEUU.
El fiscal general culpó a la Administración Obama de crear “incentivos” para la inmigración ilegal hacia este país, al grado que el número de solicitudes se ha disparado, aunque el porcentaje de solicitudes con “verdadero mérito” es menor.
Según Sessions, en 2009 el Departamento de Seguridad Nacional realizó más de 5,000 revisiones de “miedo creíble”y, para 2016, el número se disparó a 94,000. Mientras, en ese mismo período, el número de solicitantes de asilo en trámites de deportación subió casi 19 veces, de menos de 4,000 a más de 73,000.
El incremento ha sido más acentuado y sujeto a abusos en la frontera, donde el número de solicitudes aumentó de cerca de 3,000 a más de 69,000 casos entre 2009 y 2016, y el resultado ha sido que EOIR ahora tenga más de 600,000 casos pendientes, se quejó Sessions.
Sin ofrecer pruebas ni casos concretos, Sessions reiteró, por otra parte, que “grandes números” de inmigrantes siguen realizando cruces ilegales en la frontera sur, saltándose la cola de quienes sí siguen las leyes.
El fiscal general dijo que es “extremadamente peligroso no saber quién está entrando” en EEUU, al señalar que la población indocumentada de 11 millones de personas es mayor que la de Georgia, el octavo estado más poblado del país.
“Lo que no podemos ni debemos hacer es continuar permitiendo que se abuse de nuestra generosidad, no podemos capitular al caos”y permitir el debilitamiento de las leyes, puntualizó.
Respuesta de grupos pro-inmigrantes
Nada de lo que dijo Sessions es nuevo ni sorprende a activistas de la comunidad inmigrante, tomando en cuenta que el fiscal general ha mantenido una línea dura contra los inmigrantes, con o sin papeles, desde sus días como senador de Alabama.
En declaraciones a este diario, Royce Murray, director de políticas del “American Immigration Council”, lamentó que en un sistema migratorio que se ensaña contra los inmigrantes, muchos de los cuales huyen de violencia mortal en sus países de origen, ahora Sessions propone más deportaciones por la “vía rápida” y menos acceso al debido proceso.
“Si queremos un sistema de tribunales de inmigración que funcione de forma justa y fluida, debemos proveer abogados a quienes de otra forma no tendrían representación legal”, afirmó Murray, haciéndose eco del reclamo de otros grupos pro-inmigrantes.
Por su parte, Geoff Thale, director de programas de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), desmintió los argumentos y varias de las cifras utilizadas por Sessions para justificar la represión contra solicitantes de asilo.
Thale señaló que la mayoría de los solicitantes de asilo tiene casos legítimos, según la ONU, y en lo que va de 2017 cerca de 30,000 inmigrantes de los países del “Triángulo del Norte” -Guatemala, Honduras y El Salvador- han solicitado asilo por la violencia endémica en sus países, o un incremento del 53% respecto al mismo período en 2016.
Además, el número de detenciones en la frontera ha bajado en un 38% desde comienzos de año, lo que indica menos cruces ilegales, dijo.
La creciente violencia de las pandillas obliga a miles de mujeres, niños y jóvenes a huir de sus hogares, y negarles asilo o deportarlos una vez en EEUU “puede convertirse en una sentencia de muerte”, dijo Murray.
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Fuente:la opinion