WASHINGTON- El huracán María ha obligado a decenas de miles de puertorriqueños a huir de la crisis humanitaria en la isla, pero su arribo en EEUU podría desatar su propio “huracán” en el mapa político del país a partir de los comicios de 2018, según afirmaron este martes varios expertos.
El impacto, según observadores, sería especialmente marcado en Florida, donde la población boricua se ha duplicado a más de un millón, en comparación con 2001, y ese incesante goteo de puertorriqueños tiene el potencial de tildar la balanza hacia los demócratas en cuestión de años.
De hecho, la victoria electoral del legislador demócrata Darren Soto el año pasado –el primero de origen boricua en representar a Florida en el Congreso- es prueba del creciente poder del voto de los puertorriqueños, que son ciudadanos estadounidenses.
Soto, quien lidera los esfuerzos demócratas en la Cámara de Representantes para agilizar la ayuda a Puerto Rico, ha dicho a la prensa que, a su juicio, los tropiezos de la Administración Trump podrían tener “grandes repercusiones” en las urnas el próximo año, cuando se renuevan todos los 435 escaños de la Cámara Baja y un tercio del Senado.
Las autoridades calculan que unos 100,000 evacuados podrían asentarse en Florida en los próximos meses, particularmente en la zona central del estado, que desde hace años se ha convertido en un centro neurálgico de la diáspora boricua.
Mientras, ciudades como Boston (Massachusetts) y Chicago (Illinois) ya elaboran planes anticipando que los recién llegados, sea de forma temporal o permanente, necesitarán toda clase de servicios, incluyendo vivienda, educación y asistencia pública.
La alcadesa del Condado Orange en Florida, Teresa Jacobs, envió el mes pasado un memorándum a los comisionados del condado en el que dijo que recibió garantías del gobernador republicano, Rick Scott, de que la Administración Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) y otras entidades federales harán lo propio para atender las necesidades de los evacuados.
La Administración Trump no cesa de elogiar su respuesta a la tragedia desatada por el huracán María desde que tocó tierra el pasado 20 de septiembre, pero varios líderes del Congreso y activistas de la comunidad boricua han criticado declaraciones del mandatario que, a su juicio, dejaron de manifiesto su falta de sensibilidad.
Trump recurrió varias veces a Twitter para atacar a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, y en una ocasión, la semana pasada, dijo que la ayuda de EEUU para la isla no sería “para siempre”. Sus asesores de inmediato salieron a esclarecer lo que él quiso decir y aseguraron que EEUU permanecerá en la isla el tiempo que se requiera para su reconstrucción.
“Un hogar en el Partido Demócrata”
Mientras, el Partido Demócrata intenta sacar provecho de ese descontento.
En declaraciones a este diario, expertos allegados al Partido Demócrata coincidieron hoy en que el descontento de la mayoría de los puertorriqueños con el manejo que ha dado la Administración Trump a la crisis humanitaria tendrá respuesta en las urnas.
Según Javier Gamboa, portavoz del Comité de Campañas Demócratas del Congreso (DCCC, en inglés), la respuesta de Trump hacia los damnificados en Puerto Rico ha sido “anti-estadounidense”.
“El hecho de que los ciudadanos en Puerto Rico se ven obligados a tomar decisiones de vida o muerte para abandonar sus hogares, todo porque esta Administración republicana les ha fracasado, es otro recordatorio de que los asuntos que afectan a la comunidad latina simplemente no son importantes para los republicanos en Washington”, señaló.
“No nos equivoquemos, los puertorriqueños que se muden a EEUU encontrarán un hogar en el Partido Demócrata, y continuarán jugando un papel importante para que los demócratas recuperen la Cámara de Representantes en 2018”, aseguró Gamboa.
Aunque Trump ganó el 35% del voto hispano en Florida el año pasado, más de la mitad gracias al voto de los cubanoamericanos, su rival demócrata, Hillary Clinton, tuvo una enorme ventaja entre los puertorriqueños y el resto de los votantes latinos.
Florida será, como siempre lo ha sido por su peso en el Colegio Electoral, un estado clave para los comicios presidenciales de 2020, por lo que no sorprende que tanto el gobernador Scott, como el senador republicano por Florida, Marco Rubio, también presionan a la Administración a que ayude a la isla sin demoras.
Scott no se postulará a la reelección el próximo año, pero su nombre suena entre posibles candidatos al Senado por Florida.
Por su parte, el estratega demócrata, Federico de Jesús, aclaró que, si bien la prioridad de los puertorriqueños en este momento es de mera “supervivencia” y de ayudar a sus familiares en la isla, también es cierto que “el desdén con el que Trump ha tratado a los boricuas y la lentitud de su respuesta a la crisis humanitaria en Puerto Rico no serán olvidados”.
“Eso no quiere decir que los demócratas pueden dar por sentado el voto puertorriqueño. Tienen q ser agresivos en cortejar ese voto desde ahora. Si lo hacen bien, pueden cambiar el panorama en 2018 y 2020″, dijo de Jesús, ex portavoz hispano de la campaña presidencial de Barack Obama en 2008 y presidente de la empresa de consultoría, FDJ Solutions.
El grupo “Mi Familia Vota”, por ejemplo, ha aumentado su presencia en Florida desde 2012, sumando más de 65,000 votantes latinos a las filas demócratas.
El Partido Republicano aún no ha contestado a una solicitud de comentarios de este diario.
Mientras, varios grupos cívicos, entre ellos la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos (NALEO), mantuvieron hoy la presión para que, debido a la magnitud del desastre en la isla, el Congreso y la Administración Trump agilicen la ayuda para la reconstrucción de Puerto Rico.
En la actualidad, hay más puertorriqueños en EEUU que en la isla, que ha sufrido un descenso poblacional de más del 10% y ahora tiene 3,4 millones de habitantes.
La paradoja del nuevo éxodo boricua es que la fuga de cerebros podría acentuar la crisis fiscal y tributaria en la isla, y aumentar las presiones en los nuevos asentamientos en EEUU.
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Fuente:La Opinion