SU AVANCE EN EL PAÍS ES EL PRIMER FRENTE CONTRA EL PLAN DEPORTACIONES DE TRUMP
TUCSON – John Fife, pastor retirado de la Iglesia Presbiteriana del Sur y uno de los fundadores de movimiento santuario, asegura que esta red nacional de protección a los inmigrantes ha alcanzado niveles inesperados y será de “suma importancia” en los próximos meses.
Fife destacó que el movimiento que creó en Arizona en la actualidad se ha extendido a condados, ciudades y estados como California, que se han declarado “santuario” y se niegan a cooperar con inmigración”, una circunstancia importante dado el endurecimiento de las políticas migratorias desarrollado por la Administración del presidente Donald Trump.
“La idea del movimiento santuario que comenzamos en los (años) 1980 en Tucson, Arizona, ahora es una red que cubre más de 400 congregaciones” del país, incluidas universidades y colegios comunitarios, señaló Fife.
“El movimiento santuario ahora se está enfocado en proteger a padres de familia y a sus hijos de la deportación, y por supuesto seguir protegiendo a inmigrantes centroamericanos que huyen de la violencia de las pandillas y de los carteles“, agregó.
El 24 de marzo de 1982, Fife junto con un grupo de activistas y miembros de la Iglesia Presbiteriana del Sur desafió al Gobierno federal al anunciar que sus instalaciones serían un “santuario” para los inmigrantes centroamericanos que cruzaban la frontera escapando de los denominados “escuadrones de la muerte”.
“De cierta forma nos vimos forzados a hacer público lo que estaba pasando. Por varios meses habíamos estado ayudando a los migrantes, nosotros considerábamos que era de manera secreta, pero un día recibimos una carta de Inmigración advirtiéndonos de que paráramos de ayudar a los migrantes o nos presentarían cargos”, rememoró el religioso.
“Decidimos hacer público el movimiento, decidimos que nos convertiríamos en un ‘santuario’ para los inmigrantes”, agregó.
Por un tiempo la iglesia trabajó sin ningún problema, protegiendo y transportando a los migrantes, pero en 1986 el Gobierno federal decidió presentar cargos contra Fife y otros miembros del movimiento santuario.
“Estábamos convencidos de que cuando el jurado escuchara lo que pasaba en El Salvador y Guatemala, y la forma humanitaria que los estábamos ayudando, no tendríamos ningún problema, pero antes del juicio el juez anunció que no podríamos mencionar nada al respecto en nuestra defensa”, dijo el reverendo.
Al final, Fife junto con otras siete personas fueron sentenciados a cinco años de libertad condicional.
“Varias veces, al terminar de dar una plática, alguien se me acerca y me dice que sus padres o sus hermanos fueron algunos de estos inmigrantes que encontraron santuario en nuestra iglesia. Me cuentan sus historias de que como ahora son dueños de negocios, que sus hijos han terminado la universidad y es muy reconfortante”, reconoció.
El activista considera que las nuevas y severas medidas migratorias establecidas por la administración del actual presidente, Donald Trump, no solo han provocado que el movimiento se extienda aun más, sino también que sea “más fuerte”.
“Los inmigrantes están entrando en santuario después de recibir una orden de deportación, algo que podríamos ver que se incremente en los próximos meses si se termina por completo con el programa de protección del TPS (Estatus de Protección Temporal)”, dijo Fife quien este fin de semana celebra 50 años de servicio al ministerio.
A principios de este mes, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que eliminará en enero de 2019 el TPS que ampara a ciudadanos de Nicaragua y que postergara hasta el mes de julio la decisión definitiva sobre este mismo beneficio para los ciudadanos hondureños.
“Podríamos ver un gran número de inmigrantes centroamericanos buscando santuario, el movimiento va ha ser más necesario y de gran importancia para proteger a todas estas familias que de un momento a otro estarían en riesgo de ser deportados”, manifestó.
*
Fuente:EFE