EL ESPECTÁCULO FUE MANCHADO UNA VEZ MÁS POR LA VIOLENCIA, PREVIO AL CLÁSICO REGIO. LO QUE DEBERÍA SER UNA SANA RIVALIDAD SOBRE EL TERRENO DE JUEGO, SOBREPASÓ LOS LÍMITES DE LA PASIÓN, EL RESPETO Y LA LIBERTAD. LOS ESCUDOS DE TIGRES Y RAYADOS FUERON USADOS COMO ESTANDARTES DE BATALLA EN LA CALLES DE MONTERREY.
Un auto buscó embestir a una docena de ‘aficionados’ Tigres que huían despavoridos de una persecución por parte de sus contraparte Rayados, quienes aprovecharon la vulnerabilidad de un aficionado que yacía sobre la cinta asfáltica frente a un centro comercial. El hombre fue atacado con piedras, golpes y un arma blanca que perforó su cuerpo.
La ‘barbarie’ se desataba antes del futbol, de la batalla simbólica que encarna la representación de una guerra. El significado, perdía el significante por medio de unos cuantos que no apelaron a la tolerancia. Una vez más la liga se mancha con la violencia y la tergiversación de discursos.
En el Universitario, Tigres y Rayados quedaron a deber en un partido que, quizá, no debió jugarse. Poco ánimo y poco futbol frente a la tragedia que empañó el duelo con más colorido en México. Un 0-0 para el olvido y la violencia para nunca perdonar. La sangre manchó el color en Monterrey, ante unas grises estrellas que no brillaron en el firmamento de la Sultana.
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Fuente:Plano deportivo