En enero Trump propuso un plan que incluía un camino a la ciudadanía para alrededor de 1.8 millones de dreamers a cambio de $25,000 millones para seguridad fronteriza y la construcción del muro.
Los republicanos quieren revivirlo, pero los demócratas no lo quieren.En más de una ocasión la reforma migratoria le ha quitado el sueño al presidente Donald Trump. El viernes 22 de junio, a las 4:06 AM, fue una de ellas. Ese día el mandatario escribió: “Los republicanos deberían dejar de perder el tiempo con inmigración hasta que elijamos a más senadores y congresistas en noviembre. Los demócratas sólo están jugando, no tienen intención de hacer nada para resolver este problema que tiene décadas de antigüedad. ¡Podemos aprobar una gran legislación después de la Marea Roja!”.
Cinco meses después la marea roja no llegó como los republicanos esperaban. Perdieron el control de la Cámara de Representantes, mantuvieron el liderazgo del Senado y uno de sus pilares más influyentes, Kris Kobach, autor de las polémicas leyes antiinmigrantes de Arizona y Alabama, perdió la contienda por la gobernación de Kansas. A pesar de ello, Trump tuiteó: “Recibí tantas felicitaciones de tantos por nuestra Gran Victoria anoche, incluso de naciones extranjeras (amigos) que me estaban esperando, y con la esperanza de acuerdos comerciales. ¡Ahora todos podemos volver al trabajo y hacer las cosas!”
Dos días más tarde, el 9 de noviembre, Trump dio un nuevo paso en la implementación de su política de tolerancia cero, la reforma migratoria que comenzó a construir desde el momento que se instaló en la Casa Blanca: firmó una proclama que cambia el reglamento de asilo para negarle la protección a todos aquellos inmigrantes que entran a Estados Unidos por lugares no autorizados.
¿Y la gran legislación prometida en junio? La Casa Blanca guarda silencio, por ahora. Cambio de prioridades. Una encuesta del Centro Pew publicada a principios de julio de 2016 reveló que la gran mayoría de los encuestados (86%) citó la economía en primer lugar, seguido de la salud, cuestiones de terrorismo, inmigración y educación como los temas más importantes que definirían la elección presidencial de ese año. Dos años más tarde, el Pew reveló que inmigración, economía y salud fueron los temas clave que influyeron en la elección de mitad de período. ¿Por qué? La entrada de Trump en la campaña cuando los republicanos se dieron cuenta que estaba en riesgo el control de la Cámara de Representantes y también del Senado. En cada discurso de cada mitin, Trump repitió el mismo libreto de la campaña enfocado en la demonización de los inmigrantes. Y el mandatario ha procurado no hablar de lo que muestran las encuestas, que la mayoría de los estadounidenses están a favor de regularizar la permanencia de los 11 millones de indocumentados y no están convencidos que la construcción del muro en la frontera con México deba ser una prioridad.
Camino a ninguna parteEn enero, durante el debate sobre el presupuesto, Trump propuso un plan de reforma migratoria que incluía un camino a la ciudadanía para alrededor de 1.8 millones de dreamers a cambio de $25,000 millones para seguridad fronteriza y la construcción del muro. El plan contemplaba la eliminación de la Lotería de Visas, reducir la reunificación familias y establecer un sistema migratorio basado en méritos, entre otras restricciones. El proyecto fue rechazado por casi la totalidad de los demócratas de ambas cámaras y los dreamers, debido a que dejaba expuestos a la deportación al resto de indocumentados, unos 10.2 millones.En marzo, Trump sufrió dos derrotas consecutivas en el Congreso. La primera en el Senado, cuando solo 36 de los 51 senadores del partido del presidente votaron a favor de su reforma migratoria, a los que solo se sumaron tres de distritos donde la mayoría de los electores rechazan regularizar a los indocumentados. La segunda fue en la Cámara de Representantes, donde el líder del partido mayoritario, Paul Ryan, no consiguió los votos necesarios para enviar la reforma al pleno.
El 25 de junio, durante una ventana abierta por los republicanos para solucionar el problema de los 700,000 dreamers protegidos por DACA y concederles un estatus legal de permanencia, Trump sufrió una tercera derrota que llevo al mandatario a radicalizar su discurso.