Recordó las enseñanzas de San Lorenzo, quien vendió el mobiliario de culto para repartir lo recaudado a los más desfavorecidos
A pesar de que no debe ser la única solución, el papa Francisco afirmó el día jueves que vender los bienes de la Iglesia, o hasta templos que ya no son utilizados, es una opción “en caso de necesidad” de los pobres.
El papa hizo esta declaración durante la conferencia titulada “¿Dios ya no vive aquí?. Venta de los lugares de culto y gestión integrada de los bienes culturales eclesiásticos”, celebrada en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
El pontífice, en primer lugar, defendió la necesidad de conservar los bienes de la Iglesia, pues son “testimonios de la fe de las comunidades que los produjeron durante siglos y, por esto, son a su modo instrumentos de evangelización”.En este sentido señaló que estos bienes culturales podrían ser conservados “también aunque no sean utilizados en la vida cotidiana” por ejemplo mediante su exposición museística.
Sin embargo Francisco habló de las enseñanzas de San Lorenzo, que cuando tuvo que mostrar al tirano “los tesoros de la Iglesia, le mostró, arriesgando, a los pobres que había nutrido y vestido con los bienes dados como limosna”. Y puntualizó que la iconografía tradicional muestra al mártir romano vendiendo el precioso mobiliario de culto para repartir lo recaudado entre los más desfavorecidos.