Era un día común, un padre y su hijo trabajaban en un taller mecánico, cuando grito acabó con su tranquilidad.
Alan Covington, de 50 años de edad, llegó al taller de la familia López Tires, en Salt Lake City, Utah, y grito: “Odio a los mexicanos” y “Estoy aquí para matar a un mexicano”, dándole un golpe con un tubo a José López, de 51 años, propietario del negocio. Su hijo Luis, de 18 años, al percatarse del hecho intentó defender a su padre, tomó una herramienta para protegerlo pero el hombre logró darle un golpe en la cara, dejándolo inconsciente. José intentó proteger a su hijo, recibiendo varios golpes en el cuerpo.
Los gritos hicieron que otro de sus hijo entrara a la escena para ver que estaba sucediendo. Intentaron detener a Covington, pero salió corriendo. Siendo la policía, quien lo pudo arrestar. Alan Covington no será acusado de delito de odio
El maleante no enfrentará ninguna mejora por delitos de odio porque el estatuto de Utah solo permite que los fiscales actualicen la clase de algunos delitos menores por delitos en los cuales el perpetrador ataca a alguien por su membresía en un determinado grupo social o raza.“Yo, como fiscal estatal, no puedo darles una medida de justicia proporcional a la lesión que están sintiendo, y eso realmente es una injusticia”, dijo el fiscal de distrito de Salt Lake, Sim Gill, a BuzzFeed News.
Covington fue acusado de dos delitos de agresión con agravantes, además de otros cargos de armas y drogas.
Según la página GoFundMe, José López recibió ocho puntos en el brazo y sufrió hematomas en la espalda como resultado de los golpes.