Incluso en las personas que eran sedentarias en su juventud, iniciar un régimen de ejercicio regular en la mediana edad (40 años de edad) puede todavía reducir en gran medida las probabilidades de morir por cualquier causa, encuentra un nuevo estudio de gran tamaño.
El estudio monitorizó la salud (y los patrones de ejercicio durante toda la vida) de más de 315,000 personas que eran miembros de la AARP (que antes se conocía como American Association of Retired Persons [Asociación Americana de Personas Jubiladas]).
Los investigadores encontraron que las personas que habían hecho ejercicio durante toda la vida tenían un riesgo un 36 por ciento más bajo de morir durante el periodo del estudio, en comparación con las que nunca habían hecho ejercicio.
Pero, quizá sorprendentemente, las personas que habían sido inactivas en la juventud pero que decidieron realizar más actividad física en la cuarentena y la cincuentena experimentaron casi el mismo declive (de un 35 por ciento) en sus probabilidades de una muerte precoz.
Esto sugiere “que la mediana edad no es demasiado tarde para iniciar la actividad física”, según el equipo de investigación dirigido por Pedro Saint-Maurice, del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. “Se podría animar a los adultos inactivos a hacerse más activos, mientras que los adultos jóvenes que ya son activos podrían esforzarse por mantener su nivel de actividad física a medida que envejecen”, escribieron los autores del estudio.
Además, un inicio de la actividad física en la mediana edad pareció reducir las probabilidades de muerte por dos importantes causas: la enfermedad cardiaca y el cáncer. El estudio encontró que en las personas que comenzaron a hacer ejercicio en la cuarentena y la cincuentena, la tasa de mortalidad por enfermedad cardiaca se redujo en un 43 por ciento, en comparación con las personas que nunca hacían ejercicio, y la tasa de mortalidad por cáncer se redujo en un 16 por ciento.
Esos declives fueron similares a los observados en las personas que habían hecho ejercicio durante toda su vida adulta, anotaron los investigadores.
“Una vez más, este estudio retrata la importancia de la actividad física en relación con la mortalidad a largo plazo”, señaló la Dra. Evelina Grayver, una cardióloga que no participó en el estudio.