Karla Uzeta creía que tenía colitis pues desde su adolescencia siempre había tenido problemas en el aparato digestivo, después de varias visitas al doctor terminó automedicándose. En 2015 viajó a Chile y antes de tomar el avión a México se percató que había evacuado sangre.
Los sangrados en las heces comenzaron a ser recurrentes y luego comenzó a estreñirse.
Pasó un año hasta que tomó la decisión de ir al especialista, en parte por falta de tiempo pero confiesa que también por miedo al diagnóstico pues en el fondo sabía que estaba mal, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Colon, que se celebra el 31 de marzo.
El primero de marzo de 2016 acudió al médico, al cual le dijo que había bajado mucho de peso y eso fue una alerta para el doctor.
Después de una colonoscopia, el 2 de marzo fue diagnosticada con cáncer colorrectal, también conocido como Cáncer de Colon.
Tenía dos pólipos, sólo uno de estos fue maligno pero ese había crecido tanto que le estaba obstruyendo el paso por el recto, por ello no podía hacer del baño.
Cuando desperté de la colonoscopia me dijo el doctor ‘te lo tengo que decir tal cual porque no podemos perder tiempo, tienes cáncer’, lloré porque uno piensa que cáncer es sinónimo de muerte”
El doctor la tranquilizó y le hizo saber que si el cáncer había sido detectado de manera oportuna todo estaría bien.
Cuando consultó a otros especialistas le dijeron que era casi imposible que le salvaran el esfínter, “lo que habría significado que iba a perder el total control del recto y tendría que traer el resto de mi vida una bolsa, que ahora sé que se llama colostomía”.