“Queremos que venga un montón de gente, y los necesitamos”, dijo en marzo el presidente, Donald Trump, “queremos que las empresas crezcan, y la única manera en que van a crecer es si les damos los trabajadores”.
Estas palabras de Trump a favor de los inmigrantes se contradicen sin embargo con las políticas de su Gobierno, que no sólo buscan impedir la llegada de solicitantes de asilo y deportar al mayor número posible de indocumentados, sino que también levantan un muro a la llegada de extranjeros cualificados.
Así lo remarca un informe difundido este lunes por la organización pro-inmigración FWD.us y por la fundación Orrin G. Hatch.
Este reporte denuncia que los límites en el número de migrantes se impusieron por ley en 1990 y no han sido actualizados de manera significativa desde entonces, pese al crecimiento de la economía, el porcentaje mínimo de desempleo, y la existencia de 7,5 millones de trabajos sin cubrir.
Ocho de cada 10 empresarios tienen así dificultades para contratar a los empleados que necesitan, mientras “trabajadores de alta cualificación que llevan años viviendo y trabajando aquí, y en quienes empresas estadounidenses han invertido grandes sumas de dinero y recursos en formación y salario, están cada vez en mayor número empacando y trasladándose a países con políticas migratorias más generosas”, entre los que el informe menciona Canadá.
Este país lanzó en junio de 2017 un plan para acelerar determinados visados en un intento de atraer a 350.000 trabajadores cualificados al año hasta 2021.
El reporte menciona el límite de 85.000 visados H-1B para trabajadores de alta cualificación, que permanece invariable desde hace años pese a que las peticiones han llegado a superar las 230.000 anuales (en 2019 han sido 190.000). Esas restricciones, que afectan especialmente a los estudiantes universitarios extranjeros, se acrecientan por el límite de 50.000 green cards al año para los empleados con este visado que quieren obtener la residencia permanente.
No es un problema en cualquier caso causado por Trump, puesto que el mismo informe recalca como, en 2015, Estados Unidos ya era visto como el segundo peor país (después de Japón) a la hora de acoger a inmigrantes.
Pero sí parece haberse acrecentado en los últimos años, por lo que el reporte recomienda varias medidas al Congreso, entre ellas aumentar el número y tipo de visado para trabajadores, y abrir una vía a la ciudadanía para los estudiantes y empresarios extranjeros que quieren trabajar y crear empleos en Estados Unidos.