Su cierre de la frontera con México pasó de ser algo inminente a algo incierto. La idea de una reforma integral a los planes médicos quedó en suspenso. Los recortes que incorporó al presupuesto fueron eliminados en un abrir y cerrar de ojos.
Donald Trump ha estado explorando el arte de la retirada.
El presidente dio marcha atrás en dos frentes importantes esta semana, suavizando sus amenazas de cerrar la frontera Sur y diciendo que la reforma de los planes de salud puede esperar hasta después de las elecciones del 2020.
Trump reaccionó así a la preocupación expresada por sus colaboradores y por otros sectores sobre el impacto económico y político de esas iniciativas.
La pronta retirada refleja el estilo improvisado del mandatario y hace pensar que se vienen más episodios de este tipo mientras trata de combinar sus impulsos políticos con las necesidades de su campaña de reelección.
Para muchos, estas idas y venidas confirman la tesis de muchos de que Trump tuitea primero y gobierna después.
“La mayoría de los presidentes y CEOs, cuando toman una decisión que va a tener un impacto financiero o en el personal, se asesoran a fondo”, comentó el estratega republicano Rick Tyler. “Él no lo hace. Hasta su equipo de comunicaciones dice que actúa por instinto”.
Los pronunciamientos de Trump y sus estallidos en las redes sociales son con frecuencia ataques sorpresivos. Y pueden desvanecerse rápidamente si se decide que ese no es el mejor rumbo.
Su anuncio de la semana pasada de que los republicanos iban a reanudar los esfuerzos por anular el plan de salud de Barack Obama a pesar de los tropiezos sufridos en los fallidos intentos del 2017 tomó por sorpresa a su propio partido y pareció motivado por su deseo de cumplir una vieja promesa de campaña.
También pilló desprevenida a su secretaria de educación al afirmar que dejaba sin efecto la decisión de retirar fondos para las olimpiadas especiales luego de que esa propuesta fuese ampliamente criticada.
Pocos colaboradores quieren adelantarse a un anuncio de Trump por temor a que cambie de parecer a último minuto.
Los últimos enredos se producen después de que un fiscal especial concluyó que no había habido colusión entre la campaña de Trump y los rusos y en momentos en que Trump empieza a enfocarse en la campaña de reelección.
Su estilo informal refleja igualmente el estado de cosas en su equipo de asesores. El jefe de despacho de la Casa Blanca Mick Mulvaney es considerado alguien menos controlador que algunos de sus predecesores, que trata de ofrecer a Trump análisis e información, sin incidir en sus decisiones.
Después de amenazar la semana pasada con cerrar la frontera si México no interrumpía inmediatamente los cruces ilegales, Trump pareció preparar el terreno para demorar esa medida el martes, al decir que está satisfecho con los esfuerzos de México por contener los cruces y que quisiera que el Congreso reformase el sistema de inmigración. De todos modos, dejó latente la posibilidad de un cierre de la frontera. “Estoy totalmente preparado para hacerlo”, aseguró.
Trump amenaza con cerrar la frontera desde hace meses, pero sus colaboradores lo han estado frenando, informándole acerca del impacto económico de una medida de ese tipo y proponiendo formas de reducirlo.
El mandatario reconoció que la economía es un factor a tener en cuenta, pero sostuvo que “la seguridad es más importante que el comercio”.
En el campo de la salud, Trump volvió a las andadas la semana pasada, impulsado por el vencimiento de un plazo fijado por los tribunales. Pero sus razones fueron tanto políticas como legislativas: No quiere darle a los demócratas la posibilidad de explotar ese tema en la campaña electoral. Sus aliados destacaron el martes que Trump nunca fijó un cronograma para esa legislación.
El lunes por la noche, no obstante, Trump dijo en un tuit que no se harán propuestas legislativas sobre el tema hasta después de las elecciones del 2020.
Dio ese paso en respuesta a presiones de legisladores republicanos, incluido el líder del cuerpo Mitch McConnell, quien dijo que le había dicho a Trump que “no vamos a hacer nada en el Senado” por ahora.
Cuando se le preguntó si su retirada había sido causada por McConnell, Trump afirmó: “Fui yo el que quiso posponer eso”.
De cara a las elecciones del 2020, Trump considera que la seguridad en la frontera y el plan de salud son asuntos clave para su base y piensa seguir insistiendo en ellos a pesar de que se retracta de algunas amenazas específicas.
Los republicanos “no deben escaparle al plan de salud”, advirtió Trump el martes, durante una cena del Comité Legislativo Nacional Republicano. “Si no nos enfocamos en ese tema, vamos a perder”.