NUEVA YORK.- Amas de casa rubias y ojos azules, hombres vestidos con trajes de diseñador o jóvenes “cool” pasan desapercibidos en Estados Unidos, a pesar de dedicarse al narcotráfico.
A diferencia de México, no existe un perfil de líder del narco en EEUU, como Joaquín “El Chapo” Guzmán, porque no hay tampoco cabezas de cárteles, “de lo contrario sería muy fácil para el gobierno detenerlos”, explica Jesús Esquivel, autor del libro “Los narcos gringos”, de la editorial Grijalbo.
“La visión de que la presencia de los cárteles mexicanos en este país está equivocada, no existen narcos mexicanos aquí, son intermediarios… aquí no hay capos”, acotó.
En su investigación, el corresponsal en Washington de la revista mexicana “Proceso” y también autor del libro “La DEA en México”, ahonda en cómo se distribuyen los estupefacientes en el país, donde hay un alto índice de consumo, pero sólo se culpa a los vecinos del sur del problema.
“El motivo es explicar la ignorancia que tiene el gobierno de (Donald) Trump y la insensibilidad de considerar que se puede contener la distribución de narcóticos con un muro, cuando la realidad es la constante demanda en la Unión Americana, y que se refleja con la muerte de jóvenes anglosajones por sobredosis”, dijo.
Esquivel elaboró esta investigación con apoyo de la DEA y de ICE, responsables de la lucha contra el narco en EEUU, por lo que pudo revisar miles de expedientes y realizar entrevistas para entender y explicar el entramado de los distribuidores.
“La figura del ‘bróker’, el intermediario, es la clave… además de guardar las drogas en las llamadas ‘narcobodegas’, se encarga de distribuir todo a las pandillas, como en Nueva York o Chicago… se pulveriza la distribución”, indicó.
Quien lea el libro, disponible en Amazon, podrá conocer el funcionamiento de la venta de marihuana, cocaína, heroína, metanfetaminas y otras drogas, además de descubrir que la persona menos pensada puede estar implicada.
“Usan a amas de casa, a quienes les ofrecen ganarse hasta 10 mil dólares por ‘manejar un auto’ de un estado a otro sin hacer preguntas… y dejarlo abierto donde se le indique… ¿quién va a detener a una mujer anglosajona que viaja con sus hijos?”, explica.
En esta red no sólo hay pequeños intermediarios, sino también los bancos son utilizados para el envío legal del dinero con pequeños depósitos.
“Le ofrecen a alguien 300, 500 dólares por hacer un depósito de máximo 10,000 dólares”, dice.
La editorial tiene todas las copias de las entrevistas que hizo Esquivel, ya que el libro es una investigación periodística de largo alcance.
“A lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, una de las más extensas y complejas del mundo, tiene lugar uno de los comercios más perniciosos, aunque con implicaciones desiguales para una y otra nación: mientras de un lado se queda la sangre y la violencia, en el otro imperan la logística, los prejuicios raciales y la insaciable avidez de los consumidores; todo envuelto por un manto de corrupción”, se explica en la sinopsis en línea.
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Fuente:La Opinion